lunes, 12 de febrero de 2007

Jiddu Krishnamurti y su Enseñanza.

 COMENTARIOS SOBRE LAS ENSEÑANZAS

Existe la idea equivocada de que K se oponía a los libros en los que se discutían sus enseñanzas. Decidí recabar su opinión sobre este tema solicitándole una entrevista privada. K contestó a mi pregunta con la claridad que lo caracterizaba:

«Toda persona que ha sido tocada por las enseñanzas querrá difundirlas según su capacidad. Algunos se convertirán en maestros o predicadores. Otros preferirán expresar su entendimiento escribiendo libros sobre las enseñanzas».

«Mi problema» le expliqué, «es que soy un escritor concienzudo. Pongo especial cuidado en no interpretar mal sus enseñanzas. Aun así, ¿cómo estar seguro de que no las tergiverso sin darme cuenta?»

K me contestó: «Es muy sencillo. Debe usted escribir a la luz de su propia comprensión. No busque en las enseñanzas lo que éstas no contienen. Esto significa que debe usted permanecer absolutamente vigilante para no recibir la influencia de las distintas ideas, creencias y experiencias que han condicionado su visión de la vida. Al escribir sobre las enseñanzas, ¿no puede limitarse a decir que está investigándolas? Tanto usted como el lector emprenderán juncos un viaje de descubrimientos. Ninguno de los dos están seguros de lo que K quiso decir exactamente con determinada manifestación. Por lo tanto, nunca podrá usted decir, “Esto es lo que K quiso decir”. A lo sumo podrá decir, “Probablemente esto es lo que K quiso decir”. Es bueno emplear palabras como “quizás” y “probablemente” porque introducen un elemento de duda en la mente del lector. Si lo hace usted así, no correrá el riesgo de interpretar nada mal».

Seguí el consejo de K y tomé medidas para evitar caer en la mala interpretación en estos tres estudios de evaluación de las enseñanzas de K.

Living and dying from moment to moment (Investigación de las enseñanzas de J. Krishnamurti). Bombay: Chetana, 1978, pág. 1:

«Se hace necesario aclarar ciertos aspectos desde el principio. No me erijo en portavoz de Krishnamurti, porque él carece de portavoces. Durante más de cincuenta años viajó por todo el mundo y en sus conferencias y debates trató ante los públicos más variopintos temas religiosos y filosóficos. Sus exposiciones son claras, precisas, simples y carecen de jergas. De ahí que no necesite portavoces, ni intermediarios ni intérpretes. Quien sienta un verdadero interés hará bien en asistir a sus charlas o en leer sus libros, que son muchos. Todo lo que le pido al lector es que comparta conmigo la alegría de investigar sus enseñanzas».

That pathless land (Ensayos sobre la belleza y la singulari¬dad de las enseñanzas de J. Krishnamurti). Bombay: Chetana, 1983, pág. 1:

«En ocasiones, Krishnamurti denominó “movimiento” a esa maravillosa y sagrada inmensidad, a esa vastedad que escapa a la comprensión del espíritu condicionado. Según él, este movimiento puede describirse con el pensamiento pero no es pensamiento. Debo confesar que jamás lo he experimentado. Entonces, ¿por qué escribo sobre temas que no he entendido? Al menos puedo observar mis actitudes hacia ellos y comprobar cómo mi espíritu ansía especular y teorizar sobre ellos».

Bliss of reality (Ensayos sobre la profunda visión de la vida de J. Krishnamurti). Bombay: Chetana, 1984, pág. 5:

«Este libro es el resultado de un cuidadoso examen de las enseñanzas: no es una interpretación de las sentencias de Krishnamurti sobre las cuestiones profundas de la vida, sino una mera investigación de las mismas. He analizado las enseñanzas a fondo y con espíritu crítico sin interpretarlas en el sentido de que no les he introducido ninguna ideología o creencia».


Susanaga Weeraperuma
KRISHNAMURTI TAL COMO LE CONOCÍ
Traducción de Celia Filipetto
Verdaguer, 1 08786 Capellades (Barcelona)

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