sábado, 22 de diciembre de 2007

Jiddu Krishnamurti y James S. Perkins.

KRISNAMURTI, GAUTAMA BUDDHA Y LA SOCIEDAD TEOSÓFICA

(The Theosophist, noviembre 1987)

Por-James S. Perkins-


James S. Perkins, miembro de la Sección Americana, Presidente Nacional desde 1945 a 1960; Vicepresidente Internacional desde 1961 a 1974; Presidente de la Comunidad Teosófica de Taormina, y participante activo en los programas del Instituto de Teosofía de Krotona, ( Datos de 1987).



Parece que en tanto que nuestra atención esta ocupada con las trivialidades de la existencia física, con tan poco interés dedicado a los acontecimientos de mayor importancia para la humanidad, una reunión de la Sociedad Teosófica puede ofrecer un alivio bienvenido al hastió de tan pocas noticias del cielo.

La Teosofía puede cooperar para reunir los acontecimientos en una perspectiva que ilumine todo el conjunto de la escena. Esto es particularmente cierto cuando se aplica a lo que esta ocurriendo en la Sociedad Teosófica y a través de ella durante el siglo XX. La intención de este ensayo es la de entretejer descriptivamente algunos pasajes históricos de interés en una perspectiva que arroje alguna sorprendente luz sobre las controvertidas cuestiones teosóficas.

Los estudiosos de la vida de H. P. Blavatsky son conscientes del hecho de que ella llego a ser discípula de uno de los grandes Adeptos, esos grandes seres que han evolucionado mas allá de la etapa humana, a los cuales nosotros conocemos como Maestros de la sabiduría, y de que pasó varios años en su retiro de los Himalayas, siendo instruida con su conocimiento y con su ciencia, así como siendo instruida para la misión a llevar a cabo en el mundo.

Esa misión tenia que ver con un intento realizado en el ultimo cuarto del siglo XIX para entregar a las mejores mentes un vislumbre de la Sabiduría esotérica de los Adeptos, el Origen del Universo, el Misterio de la Existencia, la Naturaleza de la Divinidad, del Espíritu y del Alma, y también la relación metafísica de la Mente y la Materia”. Esta era realmente una panorámica dilatada de la mente y el alma para la gente pensante de aquélla época.

Semejante esquema solo podría ser llevado a cabo con la ayuda de un canal – una instrumentalidad a través de la cual el conocimiento pudiera ser encauzado hacia el publico con el mínimo de obstrucción. Como se creó ese canal y como se convirtió en la Sociedad Teosófica, sus fundamentos y su primer desarrollo, la labor y el sacrificio necesarios para convertirla en una entidad mundial, todo esta explicado en sus informes históricos. Fue desde la sede central de la Sociedad en Adyar, India, que el importante esbozo del conocimiento oculto, encarnada en la DOCTRINA SECRETA ( y en la literatura afín) se publico y se distribuyo globalmente a través de las Ramas de la Sociedad Teosófica.

Lo que siguió fue calamitoso. Parece que cualquier estallido de luz en el mundo esta destinado a enfrentarse con sus oponentes, la oscuridad y la confusión. Los despiadados ataques a la Sociedad que acompañaron la revelación de la Sabiduría Esotérica, diezmaron sus filas y enturbiaron la credibilidad de la Sociedad en el mundo. Ello fue la causa de tales divisiones, falta de respeto y ridículo para los dirigentes de la Sociedad, e incluso para los mismos grandes Maestros, que los lazos con ellos fueron puestos a prueba seriamente (y lo mas lamentable es que se habían ofrecido para constituir la primera sección de la Sociedad Teosófica). Pero las cosas habían ido tan lejos que uno de ellos advirtió:“Si la Sociedad continua su actual trayectoria se convertirá tan solo en otro naufragio en las arenas del tiempo”

Entonces se decidió formar una “Sección Interna” compuesta por aquellos miembros que habían permanecido fieles a H.P.B., y que se adherían a los principios básicos de la Sociedad, y en primer lugar a la realidad de la existencia de los Maestros y de su influencia para guiar la dirección de la Sociedad. Este grupo de miembros fueron los fundadores de la Escuela Esotérica a la que algunas veces se menciona como “el corazón de la Sociedad”. Y sus miembros se convirtieron en poderosos al apoyar de forma general a la Sociedad en sus genuinos objetivos originales, especialmente el de preservar los lazos internos con los grandes Instructores, a pesar de cualquier acontecimiento perjudicial que pudiera derivarse.

Cuando finalizaba el siglo XIX tuvo lugar un acontecimiento importante poco conocido. Este fue la terminación del Primer Ciclo de Cinco Mil Años de Kaliyuga. Una palabra sánscrita que indica nuestro actual periodo de edad “oscura” o de “hierro”. Sin entrar en el significado esotérico de ese conocimiento antiguo, es interesante hacer observar aquí que a mitad del ciclo, hace 2.500 años, un grupo de instructores prominentes de la humanidad aparecieron en la tierra, entre ellos la personalidad extraordinaria de Gautama Buda.

Resumamos brevemente los principales puntos de su vida que permite nuestra perspectiva: Gautama nació en la India, de ascendencia real. Vivió sus primeros años como Príncipe Sidharta en un lujo exquisito, en un ambiente palaciego de belleza y de buena voluntad. Se dice que durante esos años fue instruido en la Sabiduría Brahmánica de los sagrados Upanishads y en la practica de los ritos del hinduismo. Sin embargo, según LA DOCTRINA SECRETA no estaba de acuerdo con la posesión exclusiva de la sabiduría esotérica por parte de los brahmanes del templo –cosa que le llevo a la determinación de “popularizar” la enseñanza para salvar al mundo

Existen numerosas descripciones que explican que el príncipe sentía curiosidad por lo que se extendía mas allá de los muros de palacio, y de cómo un día declaro que iba a ver en persona lo que se ocultaba a su vista. Aunque el rey, su padre, había ordenado que no se permitiera que nada desagradable o feo alcanzara la visión del príncipe, llego a ver algunos ejemplos extremos de la miseria humana, de la enfermedad, de la vejez y de la muerte. La terrible experiencia se tradujo en su fuerte resolución de renunciar a su herencia real y buscar la causa del sufrimiento humano, y el camino de la liberación de las raíces del dolor.

La gran búsqueda y la definitiva consecución de su liberación esta bellamente descrita en LA LUZ DE ASIA, de Sir Edwin Arnold. Sus dudas sobre la enseñanza de la verdad fueron de un interés impresionante en el relato de la irrupción de Gautama en el Nirvana y Su percepción d e la Ley. Tan profunda había sido la experiencia que el dudaba de que la verdad pudiera ser nunca enseñadas. Sin embargo, posteriormente empezó sus disertaciones con sus discípulos.

El Buda no veía ninguna necesidad de crear estructuras metafísicas –ninguna necesidad de intermediarios para alcanzar la ultima verdad y la felicidad de la paz eterna. Resumió su percepción del camino de la liberación en una simple formula consistente en las Cuatro Nobles Verdades que aclaran los factores esenciales del cautiverio humano, y el Octuple Sendero hacia la Liberación, lo cual cuando se practica asiduamente desemboca en la transformación de la naturaleza del individuo, despertando así su visión espiritual.

Tan vigorosos y fervorosos habían sido los esfuerzos de Gautama para impartir su doctrina del conocimiento oculto, que se dice que empezó a aparecer el deterioro de alguna de sus enseñanzas. Entonces, cincuenta años después de la muerte de Gautama, nació en la India el gran Avatar Shankaracharya para reinstituir la estructura del conocimiento sagrado oculto. Reafirmo las eternas verdades, basadas enteramente en “los axiomas fundamentales de la antigua Sabiduría-Religión”

Volvamos de nuevo al periodo que termina con el ciclo de los Cinco Mil años del Kaliyuga. Esto ocurría durante los años 1897 y 1898, y con ello empezó una nueva era en la tierra. La Sociedad Teosófica había quedado bien establecida en Secciones organizadas internacionalmente. LA DOCTRINA SECRETA había sido publicada y había sido ampliamente difundida y sometida a la opinión y evaluación publica. Lo que ahora se esperaba era la aparición de un instructor para la Nueva Era, un instructor que fuera un puro exponente de los principios teosóficos y cuya vida fuera el florecimiento de “un corazón puro, una inteligencia despierta y una percepción espiritual develada”.

Cuando apareciera alguien así, surgiría una segunda necesidad: El instructor tendría que disponer de una plataforma mundial para su exposición ante la civilización moderna. Su respuesta a ello crearía el modelo de una enseñanza adaptada a la Nueva Era en la tierra. Realmente, el descubrimiento y el reconocimiento de ese instructor resulto extraño. Había nacido en la India, en 1895. fue “descubierto” entre algunos muchachos que estaban jugando en la playa de Adyar cuando tenia nueve años. Tan pronto como fue reconocido, se le facilito que se aposentara en el recinto de la Sociedad. A partir de entonces su preparación y su educación fue continua bajo la mas feliz de las circunstancias, y estuvo en todo sentido encaminada hacia una vida sencilla, basada en los conceptos teosóficos y en el despertar de los elevados objetivos a conseguir en su vida.

A medida que transcurría el siglo XX, en su segunda década, se pudo observar como Krishnamurti crecía graciosamente en estatura y en encanto y buena disposición, manifestando bellamente y esperanzadoramente lo que parecía que podía llegar a ser una vida individual cuando estaba firmemente basada en el concepto teosófico y en su estudio. Krishnaji (tal como se le llamaba cariñosamente) empezó su misión con gloriosos episodios de inspiración espiritual que fueron inolvidables para aquellos que acudían a sus reuniones en la India y en sus campamentos en Europa y América.

Los informes publicados de esas reuniones facilitaran, al que le interese poder seguir el progreso de Krishnaji. Digno de mención en los informes era la integridad con la que él desarrollo sus percepciones de la vedad y sus aplicaciones a los problemas humanos en todo el mundo. Desde 1926 en adelante la divergencia de Krishnaji con las presentaciones ortodoxas de la teosofía empezaron a ir en aumento por parte de muchos que habían tomado parte activa en la preparación de su venida. Sin embargo, él continuo decididamente su propio camino, disolviendo las ordenes, poniendo fin a su asociación con entidades que se habían creado su alrededor, sufriendo valientemente episodios angustiosos que acompañaban su percepción en expansión de la vida en libertad.

Es aquí donde se observan ciertas similitudes, en la experiencia de Krishnamurti con la de Gautama,. Ambos se apartaron del estilo inicial de sus vidas protegidas y de su educación ortodoxa. Ambos exploraron y rechazaron las ideas y enseñanzas que no fueran esenciales para su sendero. Ambos lograron penetrar en una conciencia superior y enseñar un modo de vivir mas sencillo - libre de temor y del cautiverio del dolor. Krishnaji insistía continuamente en la inutilidad de las organizaciones y de las autoridades espirituales para conseguir la liberación.

Si, tal como lo sugirió H.P.B. en LA DOCTRINA SECRETA Gautama Buda fue demasiado lejos con su sublime código de ética y “fracaso en mantener dentro de los limites”, se podría preguntar igualmente, ¿sobrepaso también Krishnamurti los limites permisibles, al prescindir de la estructura eterna de la Sabiduría Esotérica?. Tal vez no, porque Krishnamurti venia precedido y preparado por la importante “estructura conceptual de la Realidad”, tal como se resume en LA DOCTRINA SECRETA y tal como se explica en la literatura de la Sociedad Teosófica. Además, la promulgación de la Teosofía y su adaptación al pensamiento moderno ha continuado a través de todos los cambios en el mundo.

Krishnamurti ha dado un nuevo sentido a la dirección del pensamiento de la gente que escuchan en esta época de licencia indisciplinada disfrazada de libertad. Ha ayudado a aquellos que buscan la iluminación, la libertad espiritual de las ortodoxias que dividen a la humanidad en esta peligrosa era de la tierra. El dijo una vez, “yo se por mi mismo lo que he conseguido, y el conocimiento de ese logro no depende de la autoridad de nadie aparte de mi mismo...he descubierto que hay un camino rápido...para esa consecución. Y se ha convertido en mi deber el demostrar a la gente que aunque yo he hollado sus caminos...he acudido a sus templos, he practicado sus religiones y ritos, existe una manera mas sencilla...mas feliz de hallar el sentido de la vida.”

Ahora ha llegado el momento de preguntar: “¿Y que hay del papel de la Sociedad Teosófica en medio de la llegada del instructor esperado y del inesperado énfasis de sus enseñanzas?. Resumiendo, ¡la repuesta parece evidente! Gautama se alejo mucho de la enseñanzas ortodoxas brahmánicas en su exposición del “Sendero de la Liberación”. Ello exigió, en aquellos momentos, el descenso de un avatar para exponer de nuevo a la humanidad las eternas verdades contenidas en los Vedas y en los Upanishads.

Igualmente, las manifestaciones de Krishnamurti sobre lo esencial se encontraban muy lejos del sistema estructurado de la Teosofía al explicar su sendero de la iluminación hacia la liberación espiritual y hacia la realización. Pero para las masas que deben ser inducidas a comprender la “estructura de totalidad” para amar y colaborar con sabiduría para el desarrollo de la Totalidad de la Vida, la Teosofía, la “Sabiduría de los dioses” ¡existe! Y la misión de la Sociedad Teosófica por lo que respecta a las enseñanzas de Krishnamurti es claramente visible. Shankaracharya, el vedantista, restauro la estructura del maravilloso sistema ético de Gautama; la Teosofía añade la estructura metafísica y amplia los horizontes del conocimiento Cósmico para el inspirado mensaje de Krishnamurti encaminado al despertar intuitivo de la gente de la Nueva Era.

Bien. Krishnaji ha venido y se ha ido. Nos hemos quedado con muchos recuerdos y con una compresión mas amplia de lo que ha ocurrido. Nacido en 1899, en los albores del nuevo siglo, yo acepte la Teosofía y la misión de la Sociedad Teosófica tan pronto como me tope con ella, a mis veinticinco años. También estaba presente entre los teósofos de la ciudad de Nueva York en 1930 que escucharon el electrizante discurso de Krishnamurti sobre su renuncia a la Sociedad Teosófica. Entonces reconocí que él era el instructor esperado –porque no podía haber actuado de otra manera si no hubiera sido realmente un maestro para toda la humanidad.

Desde una vida de reflexión teosófica junto con las experiencias que han sacudido mi existencia y la concienciación que he alcanzado, me he dado cuenta de que cada uno de los grandes instructores de la humanidad ha alcanzado un paso individual hacia la libertad, cada uno escuchando una única “canción celestial” y cada uno predicando su mensaje tal como lo hicieron. Y cuando se escucho a krishnaji durante muchos años, fue como si estuviéramos escuchando de nuevo el antiguo canto de alguien que estaba abriendo su puerta hacia la libertad. “Dejad de lado vuestros Gurús, vuestros Gitas “, decía. “ Prescindid de vuestras autoridades”, proclamaba su mensaje heroicamente. Hay un esplendor alrededor de esa entrada a la libertad. Cada inconformista, cada pensador divergente, cada revolucionario autónomo conoce su atractivo, la entrada al paso mas elevado hacia lo sublime; El primer paso es hacia ella; el segundo paso a través de ella, Y el tercero ¿será la metamorfosis o una ilusión? ¿Será una ascensión a través del propio renacimiento? ¿o tan solo ir hacia delante, hacia la perplejidad de la no-forma, la desilusión, la inercia, la renuncia al esplendor?.

Solo aquellos que están preparados son capaces de ese morir sin morir que Krishnaji llamaba auto-mutación. Los demás quedan rezagados en el gran océano de la integridad de la Vida esperando ayuda, apoyo, renovación del valor y de la fuerza que se deriva de la inexhaustible Profundidad. Como las olas del océano ellos regresaron al mar.

Pero cuando uno esta preparado es como una gran ola que se precipita en la playa con todo su poderoso oleaje, teniendo tras ella enorme masas de agua para sostener sus forma naciente, incluso el invisible fondo del océano debajo de ella, inclinándose hacia arriba para sostener el milagro creciente. La auto-mutación es como una ola que se levanta por encima de sus experiencias masivas para estallar en un canto de belleza que trasciende su intricada forma.

Pero, ¿reparamos en la trascendencia, en el paso hacia la libertad que tiene lugar ante nuestros mismos ojos? ¿O vemos simplemente otra de las interminables olas del océano que emerge e irrumpe y se desliza en la playa para terminar como pequeñas burbujas en la arena, centelleando pálidos mensajes a medida que desaparecen en el aire errabundo a lo largo de la costa?

Pero si se ve la trascendencia, ¿ es necesario un instructor?. Ciertamente el instructor no lo cree así. Y sus enseñanzas no son su legado. Aquellas palabras proclamaron su paso; él siguió ese camino. A través de la puerta hacia la libertad él paso, se fue difuminando, sublimando, y se desvaneció, repercutiendo las Verdades universales y los sonidos eternos.

Gautama cruzo ese camino, tal como lo hizo Krishnaji y todos los demás que pasaron hacia la libertad cantando su liberación. Las palabras- las melodías- no hicieron mas que indicar su paso; ninguna enseñanza trata de limitar a los demás. Cada una de sus experiencias no hace mas que añadir otra mas a la experiencia de cualquier otra enseñanza, a la vuestra, que incluso ahora puede ser otra ola elevando su cresta en el paso hacia la unión definitiva con el Todo.

http://krishnamurticastaneda.blogspot.com/2007/03/krishnamurti-gautama-buddha-y-la.html

viernes, 21 de diciembre de 2007

Jiddu Krishnamurti y Mukund Pada.

En aquellos años K era muy accesible. Mukund Pada, un joven que más tarde vestiría la túnica azafranada, me escribió muchos años después de su encuentro con K en l947:

De regreso en Madrás, asistí por primera vez en diciembre de 1947 a una plática de un teósofo llamado J. Krishnamurti, como lo describió una persona de edad avanzada. La plática me pasmó y me sacudió hasta sacarme de mi centro. Estando yo ahí de pie, perdido e indefenso. Krishnaji, que pasaba a mi lado, súbitamente se detuvo y rodeándome con un brazo le pidió a Sri Madhavachari que me concediera algún tiempo para una entrevista. La entrevista, entre un guijarro insignificante y los Himalayas, fue una ráfaga de lo Eterno, un hálito cósmico. Me dejó destrozado y con los miembros temblando. Mientras Krishnaji hablaba, quedé estupefacto al percibir que las semillas de su mensaje estaban ya ahí en mi cerebro. Era la voz de la verdad la que me había hablado. Las últimas palabras que me dedicó al partir, cuando llegábamos a la puerta: “Señor, dos flores o dos cosas pueden ser similares, pero no son lo mismo”, abrieron de pronto un espacio inmenso. Las palabras emergieron serenas en mi mente: “Sí Señor, usted es la Bienaventuranza que camina en medio de la humanidad. Dos flores pueden ser similares. Usted es la flor sin espinas ­yo, yo soy más espinas que flor”. ¡Oh, cómo se rió! su risa era como un relámpago en una nube de tormenta.

Biografía de J. Krishnamurti.
Pupul Jayakar. Editorial Kier.

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