domingo, 11 de febrero de 2007

Jiddu Krishnamurti y el Pimentero.

 El cuerpo de Krishna estaba cada vez más agotado y enflaquecido, y para los otros era una tensión tremenda tener que contemplar su sufrimiento. A principios de octubre, «Ellos» comenzaron a trabajar sobre sus ojos, una tortura más espantosa que nunca. Nitya escribió: «Ellos le dijeron esa noche que estaban limpiando sus ojos a fin de que pudiera permitírsele que lo viera a «Él». Pero esa limpieza era un proceso terrible de presenciar. Le oímos decir: ‘Es como estar amarrado en el desierto, con el rostro vuelto hacia el sol deslumbrante y con los párpados cortados’». Una tarde, temprano, cuando Krishna venía de su baño para dirigirse a meditar bajo el pimentero antes del comienzo de las tareas nocturnas, dijo a los otros que esa noche iba a presentarse un «Gran Visitante» (ellos extendieron que no sería el Señor Maitreya, de quien se dijo que había estado allí una o dos veces). Krishna le pidió a Nitya que pusiera la pintura del Buda en su cuarto, al que volvería después de la meditación, por lo que a Nitya no le quedaron dudas de quién sería el «Gran Ser». El trabajo de esa noche pereció el más doloroso de los que el cuerpo de Krishna había soportado hasta entonces, pero también el más glorioso desde aquella primera noche de domingo en agosto bajo el pimentero, porque todos ellos sintieron que la «Gran Presencia» había venido por unos momentos. Después, cuando Nitya y Rosalind estaban con Krishna en su cuarto, Krishna comenzó a hablar a seres que ellos no podían ver. Aparentemente, el éxito del «trabajo» se hallaba asegurado y Ellos estaban felicitando a Krishna. Le escucharon decir: «No hay nada de qué felicitarme, ustedes hubieran hecho lo mismo». Cuando los que le felicitaban se fueron, Krishna, todavía inconsciente dijo: «Madre, todo será diferente ahora, después de esto la vida ya nunca será la misma para ninguno de nosotros. Le he visto, madre, y ahora ya nada importa».



Vida y Muerte de KRISHNAMURTI.
MARY LUTYENS.
Traducido del inglés por
ARMANDO CLAVIER.
Editorial KIER, S.A.
Santa Fe 1260 (1059) Buenos Aires



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