Año 1955.
Antes de abandonar Londres, K sacó otra vez a colación el tema del libro de mi madre y me pidió seguridades de que éste jamás se publicaría, ni siquiera después de su muerte y la de mi madre. Al parecer no le hice una promesa satisfactoria, porque el 27 de septiembre me escribió desde Ojai pidiendo otra vez esta garantía, y como no le contesté me escribió otra vez el 22 de octubre para saber si yo había recibido esa carta, repitiendo lo que en ella había dicho y agregando que esperaba tener una respuesta antes de que él y Rajagopal emprendieran vuelo de San Francisco a Sydney en la primera semana de noviembre. En respuesta a esto yo sostuve que él era una figura pública, y que después de su muerte seguramente habría personas que escribirían sobre él cosas que no necesariamente serían ciertas, mientras que mi madre y yo habíamos escrito un relato de los primeros años de su vida tan auténtico como era posible, y que ello debía preservarse. Él contestó desde Sydney:
Yo siento muy intensamente que el relato de Nitya y el mío acerca de los acontecimientos de Ojai, no deben publicarse. Son muy pocos los que tienen en su poder esos relatos; una o dos personas a quienes se enviaron los han devuelto. Podrán o no escribirse futuras biografías, pero el relato de Nitya y el mío no pueden incluirse sin mi autorización. No estoy tratando de restringir su libertad; comprendo, si así puedo expresarlo, su punto de vista, y tampoco estoy «intimidándola para que acepte lo que yo siento [yo jamás sugerí que él lo hiciera]. Pero lo que siento es claro y definido. No la habría molestado ni habría trastornado tanto a Mum, de no haber tenido este fuerte sentimiento contrario a que esos relatos se hagan públicos. Si Rajagopal ha dado a Mum el permiso de publicar el relato de Nitya o el mío, entonces también revoco ese permiso. Rajagopal está a cargo exclusivo de todas estas cosas y, como usted sabe, él tiene en sus archivos todos mis papeles, manuscritos, etc., y yo le he otorgado plena autorización para encargarse de ellos según su criterio, ahora o después de mi muerte. A él le entrego una copia de esta carta.
Naturalmente, yo no tenía ahora otra alternativa que someterme a la prohibición de K. En 1957 mi madre publicó Candles in the Sun, eliminando las cartas que K le había dirigido a ella y los relatos de la experiencia de Ojai, y poniendo más el acento en su propia vida y las dificultades familiares.
KRISHNAMURTI
Los años de plenitud
MARY LUTYENS
Impreso por Romanyà/Valls
Verdaguer, l. Capellades (Barcelona)
Antes de abandonar Londres, K sacó otra vez a colación el tema del libro de mi madre y me pidió seguridades de que éste jamás se publicaría, ni siquiera después de su muerte y la de mi madre. Al parecer no le hice una promesa satisfactoria, porque el 27 de septiembre me escribió desde Ojai pidiendo otra vez esta garantía, y como no le contesté me escribió otra vez el 22 de octubre para saber si yo había recibido esa carta, repitiendo lo que en ella había dicho y agregando que esperaba tener una respuesta antes de que él y Rajagopal emprendieran vuelo de San Francisco a Sydney en la primera semana de noviembre. En respuesta a esto yo sostuve que él era una figura pública, y que después de su muerte seguramente habría personas que escribirían sobre él cosas que no necesariamente serían ciertas, mientras que mi madre y yo habíamos escrito un relato de los primeros años de su vida tan auténtico como era posible, y que ello debía preservarse. Él contestó desde Sydney:
Yo siento muy intensamente que el relato de Nitya y el mío acerca de los acontecimientos de Ojai, no deben publicarse. Son muy pocos los que tienen en su poder esos relatos; una o dos personas a quienes se enviaron los han devuelto. Podrán o no escribirse futuras biografías, pero el relato de Nitya y el mío no pueden incluirse sin mi autorización. No estoy tratando de restringir su libertad; comprendo, si así puedo expresarlo, su punto de vista, y tampoco estoy «intimidándola para que acepte lo que yo siento [yo jamás sugerí que él lo hiciera]. Pero lo que siento es claro y definido. No la habría molestado ni habría trastornado tanto a Mum, de no haber tenido este fuerte sentimiento contrario a que esos relatos se hagan públicos. Si Rajagopal ha dado a Mum el permiso de publicar el relato de Nitya o el mío, entonces también revoco ese permiso. Rajagopal está a cargo exclusivo de todas estas cosas y, como usted sabe, él tiene en sus archivos todos mis papeles, manuscritos, etc., y yo le he otorgado plena autorización para encargarse de ellos según su criterio, ahora o después de mi muerte. A él le entrego una copia de esta carta.
Naturalmente, yo no tenía ahora otra alternativa que someterme a la prohibición de K. En 1957 mi madre publicó Candles in the Sun, eliminando las cartas que K le había dirigido a ella y los relatos de la experiencia de Ojai, y poniendo más el acento en su propia vida y las dificultades familiares.
KRISHNAMURTI
Los años de plenitud
MARY LUTYENS
Impreso por Romanyà/Valls
Verdaguer, l. Capellades (Barcelona)
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