Año 1973/4.
Hablamos de la India. Los amigos en los Estados Unidos y en la India, eran conscientes de que él siempre decía lo que pensaba sin importarle las consecuencias, se le había advertido no visitar la India por las crecientes reglas represivas respecto a los que disentían y a cualquiera que se atreviera a criticar la política de Indira Ghandi. Krishnaji lo hizo de todos modos después de que Mrs. Ghandi quien era una amiga personal desde hacía muchos años le aseguró que no sería interferido respecto a lo que él expusiera. Y a partir de ese año Mrs. Ghandi había hecho el anuncio de que empezaría a haber elecciones libres en todo el país.
Yo pregunté a Krishnamurti qué era lo que había hecho que se efectuara un cambio súbito en las leyes dictatoriales de Mrs. Ghandi. “Las masas continúan empobreciéndose mientras los pocos se vuelven más ricos” contestó él. -“Hay corrupción en todos los niveles del gobierno. La India está en mala forma”.
-“¿Vio usted a Mrs. Ghandi esta vez?”
-“Sí, tuve una larga conversación con ella”.
-“¿Tuvo su conversación algo que ver con la decisión de tener elecciones libres?”
Krishnaji pensó por largo rato, con una leve sonrisa en su rostro. Después dijo: “Tal vez”.
A Krishnaji siempre le divirtió la manera en que la gente de todo el mundo está continuamente llevada por sus llamados líderes. El ciego conduciendo al ciego. Yo no estaba enteramente de acuerdo con él entonces. Ciertamente algunas personas eran mucho más peligrosas que otras, argüí, reflexionando que yo pensaba que era esencial tratar de crear una atmósfera en la Sociedad donde la inteligencia tuviera alguna oportunidad de funcionar, independientemente de que la gente fuera libre en el sentido que Krishnamurti le da a la palabra. El estuvo de acuerdo conmigo en este punto, diciendo que mientras lo realmente importante era librarse a sí mismo de todo condicionamiento, usted no se queda atrás sin hacer nada tan solo porque no está interiormente libre.
K R I S H N A M U R T I
El Cantor y la Canción
(Memorias de una amistad)
Sidney Field Povedano
EDITORIAL ORIÓN
MÉXICO
1988
Hablamos de la India. Los amigos en los Estados Unidos y en la India, eran conscientes de que él siempre decía lo que pensaba sin importarle las consecuencias, se le había advertido no visitar la India por las crecientes reglas represivas respecto a los que disentían y a cualquiera que se atreviera a criticar la política de Indira Ghandi. Krishnaji lo hizo de todos modos después de que Mrs. Ghandi quien era una amiga personal desde hacía muchos años le aseguró que no sería interferido respecto a lo que él expusiera. Y a partir de ese año Mrs. Ghandi había hecho el anuncio de que empezaría a haber elecciones libres en todo el país.
Yo pregunté a Krishnamurti qué era lo que había hecho que se efectuara un cambio súbito en las leyes dictatoriales de Mrs. Ghandi. “Las masas continúan empobreciéndose mientras los pocos se vuelven más ricos” contestó él. -“Hay corrupción en todos los niveles del gobierno. La India está en mala forma”.
-“¿Vio usted a Mrs. Ghandi esta vez?”
-“Sí, tuve una larga conversación con ella”.
-“¿Tuvo su conversación algo que ver con la decisión de tener elecciones libres?”
Krishnaji pensó por largo rato, con una leve sonrisa en su rostro. Después dijo: “Tal vez”.
A Krishnaji siempre le divirtió la manera en que la gente de todo el mundo está continuamente llevada por sus llamados líderes. El ciego conduciendo al ciego. Yo no estaba enteramente de acuerdo con él entonces. Ciertamente algunas personas eran mucho más peligrosas que otras, argüí, reflexionando que yo pensaba que era esencial tratar de crear una atmósfera en la Sociedad donde la inteligencia tuviera alguna oportunidad de funcionar, independientemente de que la gente fuera libre en el sentido que Krishnamurti le da a la palabra. El estuvo de acuerdo conmigo en este punto, diciendo que mientras lo realmente importante era librarse a sí mismo de todo condicionamiento, usted no se queda atrás sin hacer nada tan solo porque no está interiormente libre.
K R I S H N A M U R T I
El Cantor y la Canción
(Memorias de una amistad)
Sidney Field Povedano
EDITORIAL ORIÓN
MÉXICO
1988
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