martes, 30 de enero de 2007

Jiddu Krishnamurti en Latinoamérica.

La segunda operación de Rajagopal a fines de enero de 1935, fue mucho más seria que la primera, y posteriormente sufrió «dolores espantosos» según K. Al terminar febrero, K viajó a Nueva York, donde permaneció dos semanas, habló tres veces a grandes auditorios y dio una plática por radio. Después continuó a Edington, Bucks County, cerca de Filadelfia, donde se alojó con Robert Logan y su esposa Sarah, que tenían una casa y una gran finca llamada Sarobia (una combinación de sus nombres cristianos). K conocía a los Logan desde hacía varios años. (Fue Mr. Logan quien le obsequió el reloj Pathek-Philippe con el que K está tan encariñado). K ofreció tres pláticas en Filadelfia mientras estuvo allí.

Puesto que Rajagopal todavía estaba convaleciente, fue Rosalind quien acompañó a K a Nueva York y Sarobia, pero cuando él volvió a Nueva York, donde se le unieron Casselberry y Rajagopal, Rosalind regresó a Ojai. Los tres hombres se embarcaron para Río de Janeiro, Brasil, vía Bermudas, el 3 de marzo. Esta gira por Sudamérica, un continente que K nunca había visitado antes, iba a durar ocho meses. En total habría de ofrecer veinticinco pláticas mientras estuviera fuera siete en Brasil (Río, San Pablo y Niteroy) durante abril y mayo; cuatro en Uruguay (Montevideo) en junio; seis en la Argentina (Buenos Aires, La Plata, Rosario y Mendoza) en julio y agosto; cuatro en Chile (Santiago y Valparaíso) en septiembre y, a su regreso, cuatro en la ciudad de México en octubre y noviembre . K habló solamente en inglés. Centenares de personas que asistieron a sus pláticas no podían entender una palabra; aun así parecían quedar «completamente fascinadas». K precedía su primera plática en cada nuevo lugar, con una declaración donde afirmaba que no pertenecía a ninguna religión, secta o partido político, «porque la creencia organizada es un gran impedimento, divide al hombre contra el hombre y destruye su inteligencia; estas sociedades y religiones se basan fundamentalmente en intereses creados y en la explotación. Lo que yo quiero hacer es ayudarles, como individuos, a cruzar la corriente del sufrimiento, de la confusión y el conflicto, mediante una profunda y completa realización».

K había sido invitado a Montevideo por el Ministro de Educación, y las pláticas que ofreció allí se transmitieron por radio. El director de uno de los principales diarios era un amigo, que le dio mucha publicidad. En Buenos Aires también hubo mucha publicidad; y fueron tantas las fotografías que se publicaron en diarios y periódicos, que no podía salir sin que se reuniera una multitud que él encontraba «bastante desagradable». «Aquí también le escribió a Lady Emily transmitieron por radio todas mis charlas y, además, en algunos puntos de la ciudad había altavoces, de modo que la gente tenía que escuchar lo que yo decía, le gustara o no. Por supuesto, los sacerdotes católico romanos y los sacerdotes en general, han estado haciendo una fuerte oposición, tanto secreta como públicamente».

Buenos Aires era una fortaleza católico romana, y muchos artículos contrarios a las ideas de K se publicaron en los periódicos católicos. Un sacerdote católico publicó un folleto contra Krishnamurti que fue distribuido por niños en toda la ciudad. Los católicos hasta trataron de conseguir su deportación. Sin embargo, dos periódicos se pusieron de su parte «con tanto entusiasmo y sinceridad, que imprimieron todas sus pláticas traducidas al español.

Desde Buenos Aires, Rajagopal regresó a California. Continuaba enfermo y le habitan prevenido que Chile sería demasiado frío para él. K continuó la gira con Byron Casselberry. El punto relevante de aquellos meses fue para K el cruce de los Andes en un avión Douglas bimotor, un vuelo de una hora y veinte minutos que, según le habían dicho, era el más peligroso del mundo. Algunas personas le habían suplicado que no se arriesgara en este vuelo, pero él disfrutaba de su independencia, y más tarde no sintió que hubiera existido «el más mínimo peligro, aunque, desde luego, si alguna cosa le hubiera sucedido a la máquina en medio de los Andes, entonces adiós».

En Santiago, sus pláticas se traducían al español frase por frase a medida que hablaba. «Estoy realmente sorprendido de tanto interés y entusiasmo» le escribió a Lady Emily . En una de las pláticas, algunos hombres pertenecientes a una organización católico romana, entraron con bombas de gases lacrimógenos para desbaratar la reunión. «Algunas personas les preguntaron luego por qué no habían arrojado sus bombas, y ellos respondieron que no lo sabían con exactitud. Han ocurrido muchos incidentes curiosos como éste».

El texto auténtico de las pláticas de K en Latinoamérica, revisado por el propio K, se publicó por el Star Publishing Trust en 1936. Más de cinco años después de la disolución de la Orden de la Estrella, él seguía exponiendo en esencia las mismas ideas que había propuesto entonces, aunque había encontrado palabras diferentes con qué expresarlas. En Río de Janeiro, en su primera plática, había dicho:

Si ustedes realmente piensan en ello, verán que toda la existencia que viven se basa en la persecución de la seguridad y el consuelo individual. En esta búsqueda de seguridad nace, naturalmente, el temor. Cuando ustedes buscan consuelo, cuando la mente trata de evadir la lucha, el conflicto, el dolor, tiene que crear diversas vías de escape, y estas vías de escape se convierten en nuestras ilusiones. Esto nos empuja de una secta religiosa a otra, de una filosofía a otra, de un instructor a otro. Llamamos a esto la búsqueda de la verdad, de la felicidad.

Ahora bien, no existen la seguridad ni el consuelo, sino solamente la claridad de pensamiento, la cual produce la comprensión de la causa fundamental del dolor, y esto es lo único que liberará al hombre. En esta liberación reside la bienaventuranza del presente. Yo digo que hay una realidad eterna que uno puede descubrir sólo cuando la mente está libre de toda ilusión. Así que cuídense del que les ofrece consuelo, porque en esto tiene que haber explotación; esa persona crea una trampa en la que ustedes quedan aprisionados como peces en una red.


En respuesta a una pregunta acerca de la inmortalidad, contestó:

Ahora puedo decir que la inmortalidad existe, para mí es ésa una experiencia personal; pero sólo puede realizarse cuando la mente no mira hacia un futuro en el que vivirá más perfectamente, más completamente, más abundantemente. La inmortalidad es el presente infinito. Para comprender el presente en su plena, rica significación, la mente tiene que liberarse del hábito de la adquisición autoprotectora; cuando está absolutamente desnuda, entonces existe la inmortalidad.

El único cambio real en el pensamiento de K, era su actitud hacia el sexo, que ya no le llenaba de horror como lo había hecho en sus veinte años. En respuesta a una pregunta que le formularon al finalizar otra de las pláticas: «¿Cuál es su actitud hacia el problema del sexo, que juega un papel tan dominante en nuestra vida cotidiana?», respondió:

El sexo se ha convertido en un problema porque no hay amor. Cuando realmente amamos, hay un ajuste al movimiento de la vida, hay comprensión. El problema del sexo surge sólo cuando hemos perdido el sentido del afecto verdadero, ese amor profundo en que no hay sentimiento alguno de posesión. Es sólo cuando nos hemos entregado completamente a la mera sensación, que existen múltiples problemas en relación con el sexo. Como casi todos hemos perdido el goce del pensar creativo, nos volvemos naturalmente a la sensación del sexo, el cual se convierte en un problema que corroe nuestras mentes y corazones.

El 21 de septiembre K y Casselberry se embarcaron en Valparaíso para Mazalan, el puerto de México, donde arribaron el 11 de octubre. Fue un viaje lento, con transbordos en Bilbao y Panamá, y con paradas casi diarias en diferentes puertos. No hubo descanso para K, porque en todos los puertos los reporteros subían a bordo deseando escuchar lo que él tenía que decir, «de fuente fidedigna» según la expresión de K.

Rajagopal se unió a ellos en Mazalan y juntos fueron a la ciudad de México, donde K ofreció la última de cuatro pláticas el día 23 de noviembre. Había estado fuera de Ojai por nueve meses.


KRISHNAMURTI
Los años de plenitud
MARY LUTYENS
Impreso por Romanyà/Valls
Verdaguer, l. Capellades (Barcelona)

 

No hay comentarios.:

Etiquetas