K sostenía que era posible una completa terminación del dolor, y que donde había sufrimiento no había amor. Todas las relaciones posesivas, ya fueran dentro o fuera del matrimonio, conducían al sufrimiento:
Yo no estoy contra el sexo, pero vean lo que éste implica. Lo que el sexo nos da en lo inmediato es el total abandono de nosotros mismos, y así deseamos repetir una y otra y otra vez ese estado en el que no hay perturbaciones, ni problemas, ni «yo». Decimos que amamos a nuestra esposa. En ese amor está involucrado el placer sexual, el placer de tener a alguien en la casa que cuide a los hijos, que cocine. Dependemos de ella; ella nos entrega su cuerpo, sus emociones, nos estimula, nos proporciona cierto sentimiento de bienestar. Entonces ella nos abandona; se aburre o se va con algún otro, y todo nuestro equilibrio emocional se destruye, y a esta perturbación que tanto nos desagrada, la llamamos celos. Hay en ello dolor, ansiedad, odio y violencia. Así, lo que realmente decimos es: «En tanto me perteneces te amo, pero apenas dejas de pertenecerme, comienzo a odiarte. Mientras puedo depender de ti para satisfacer mis exigencias, sexuales y de otra clase, te amo, pero tan pronto dejas de proporcionarme lo que deseo, ya no me agradas». De ese modo hay antagonismo entre nosotros, hay separación, y cuando uno se siente separado de otro, no hay amor.18
18. Libérese del Pasado.
KRISHNAMURTI
La puerta abierta
MARY LUTYENS
Yo no estoy contra el sexo, pero vean lo que éste implica. Lo que el sexo nos da en lo inmediato es el total abandono de nosotros mismos, y así deseamos repetir una y otra y otra vez ese estado en el que no hay perturbaciones, ni problemas, ni «yo». Decimos que amamos a nuestra esposa. En ese amor está involucrado el placer sexual, el placer de tener a alguien en la casa que cuide a los hijos, que cocine. Dependemos de ella; ella nos entrega su cuerpo, sus emociones, nos estimula, nos proporciona cierto sentimiento de bienestar. Entonces ella nos abandona; se aburre o se va con algún otro, y todo nuestro equilibrio emocional se destruye, y a esta perturbación que tanto nos desagrada, la llamamos celos. Hay en ello dolor, ansiedad, odio y violencia. Así, lo que realmente decimos es: «En tanto me perteneces te amo, pero apenas dejas de pertenecerme, comienzo a odiarte. Mientras puedo depender de ti para satisfacer mis exigencias, sexuales y de otra clase, te amo, pero tan pronto dejas de proporcionarme lo que deseo, ya no me agradas». De ese modo hay antagonismo entre nosotros, hay separación, y cuando uno se siente separado de otro, no hay amor.18
18. Libérese del Pasado.
KRISHNAMURTI
La puerta abierta
MARY LUTYENS
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