domingo, 4 de febrero de 2007

Jiddu Krishnamurti y Rajagopal.

Año 1972.

Un mes más tarde, justo cuando K iba a subir al estrado para pronunciar la primera de cuatro pláticas en el Civic Auditorium de Santa Mónica, le entregaron una citación para que se presentara a prestar testimonio. Se trataba de una corta demanda de Rajagopal y su Junta de Síndicos, dirigida no sólo a los que habían entablado el juicio contra él, sino también al propio K. Los demás recibieron sus citaciones por correo; sólo a K se le entregó personalmente, y parecía que en un momento cuidadosamente calculado para desconcertarlo. No obstante, procedió a ofrecer una plática espléndida.

Los contrademandantes habían presentado cargos a los contra acusados por: 1) Entablar acción judicial para embargar bienes ilegalmente. 2) Violar el acuerdo verbal de que Krishnamurti sería el sostén por vida de Rajagopal, y de que éste podría designar a sus propios síndicos. 3) Violar el contrato firmado por Krishnamurti en Madrás, en noviembre de 1958. 4) Intentar engañar y defraudar a los editores. 5) Causar perjuicio a Rajagopal y lastimar su reputación. Ellos pedían indemnización por daños y perjuicios en todos los cargos.

Diez días más tarde, K y Mary fueron a alojarse con los Lilliefelt en Ojai, y tuvieron reuniones con unos treinta maestros invitados y otras personas para discutir el proyecto de fundar allí un centro educacional; y el 8 y 9 de abril K ofreció dos pláticas públicas en Libbey Park, la primera vez que hablaba en Ojai desde 1966. Mientras estuvo allí, dio paseos con Mary a través de los naranjales impregnados con el perfume de las flores y el zumbar de las abejas. Mary, al darse cuenta de lo mucho que él amaba el lugar más que cualquier otra parte del mundo le ofreció vender su casa de Malibú y comprar una casa en el valle. Él le dio las gracias pero le dijo que no quería ni oír hablar de ello.

Rejagopal había declarado ahora en la contra demanda, y pocos días después, el 12 de abril, de regreso en Malibú K habría de declarar en presencia de los abogados de ambas partes, un reportero de la Corte, Mary Zimbalist y Mrs. Lilliefelt. Justo cuando iba a comenzar su declaración, aparecieron inesperadamente Rajagopal, Mima Porter y otro síndico de la KWINC. Tenían derecho legal a estar allí. K testificó por dos horas en la mañana y dos horas en la tarde, y al día siguiente su declaración se prolongó hasta la noche, estando presentes las mismas personas. Cuando terminó, K redactó un documento por el cual impedía a Rajagopal o a la KWINC tener nada que ver con su trabajo después de su muerte.


KRISHNAMURTI
Los años de plenitud
MARY LUTYENS
Impreso por Romanyà/Valls
Verdaguer, l. Capellades (Barcelona)

 

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