domingo, 4 de febrero de 2007

Jiddu Krishnamurti y la Liberación.

 Año 1974.

De Delhi K viajó a Rajghat, donde al final de una plática se le pidió que definiera su propia enseñanza: «Le hemos escuchado desde hace 25 o 30 años. Hasta cierto punto, muchos de nosotros podríamos dar un sentido sustancial a todo este campo del conocimiento propio y podríamos decir en qué consiste; sin embargo, me gustaría formularle una pregunta: ¿Qué es la Enseñanza?» A esto K contestó: «Me lo pregunta a mí? ¿Usted me está preguntando qué es la enseñanza? Yo mismo no lo sé. No puedo expresarlo en pocas palabras. ¿Puedo hacerlo? Pienso que la idea del que enseña y el enseñado, es básicamente errónea, al menos lo es para mí. Creo que más que de recibir enseñanza, se trata de compartir; mas que un dar o un recibir, es un participar ambos en lo mismo»37.

¿Qué es la enseñanza? Deseando también yo formularle esta misma pregunta mientras elaboraba el presente libro, escribí una breve declaración que comenzaba así: «La esencia revolucionaria de la enseñanza de Krishnamurti...», y se la envié para su aprobación. Como esperaba, la reescribió totalmente, conservando tan sólo la palabra «esencia»:

La esencia de la enseñanza de Krishnamurti está contenida en la declaración que él hizo en 1929, cuando dijo: «La verdad es una tierra sin senderos». El hombre no puede llegar a ella a través de ninguna organización, de ningún credo, de ningún dogma, sacerdote o ritual, de ningún conocimiento filosófico ni de técnica psicológica alguna. Tiene que encontrar la verdad mediante el espejo de la relación, mediante la comprensión del contenido de la propia mente; por medio de la observación y no por el análisis intelectual o la disección introspectiva. El hombre ha construido internamente imágenes como una valla de seguridad imágenes religiosas, políticas, personales . Éstas se manifiestan como símbolos, ideas, creencias. Es una carga que domina el pensar humano, las relaciones y la vida cotidiana. Éstas son las causas de nuestros problemas, porque separan al hombre del hombre en todas las relaciones. Nuestra percepción de la vida está moldeada por los conceptos ya establecidos en nuestra mente. El contenido de nuestra conciencia, es esta conciencia. Este contenido es común a toda la humanidad. La individualidad es el nombre, la forma y la cultura superficial que adquirimos de nuestro medio. La singularidad del individuo no radica en lo superficial sino en la total libertad con respecto al contenido de su conciencia.

La libertad no es una reacción; la libertad no es una opción. Es jactancia del hombre creer que porque puede optar por esto o aquello, es libre. La libertad es observación pura sin dirección, sin el miedo que se esconde tras del castigo y la recompensa. La libertad está exenta de motivo; la libertad no se halla al final de la evolución del hombre sino en el primer paso de su existencia. En la observación uno comienza a descubrir la falta de libertad. La libertad se encuentra en la percepción directa y sin opciones de nuestra existencia cotidiana.

El pensamiento es tiempo. El pensamiento nace de la experiencia, del conocimiento, que son inseparables del tiempo. El tiempo es el enemigo psicológico del hombre. Nuestra acción se basa en el conocimiento y, por tanto, en el tiempo; de modo que el hombre es siempre un esclavo del pasado.

Cuando el hombre perciba lúcidamente el movimiento de su propia conciencia, verá la división entre el pensador y el pensamiento, el observador y lo observado, el experimentador y la experiencia. y descubrirá que esta división es ilusoria. Sólo entonces hay observación pura que es percepción directa, discernimiento instantáneo sin sombra alguna del pasado. Este discernimiento intemporal genera una transformación radical en la mente.

La total negación es la esencia de lo positivo. Cuando negamos todas las cosas que no son el amor el deseo, el placer entonces surge el amor con su comprensión e inteligencia.
[octubre 21, 1980]

Yo había querido una declaración breve pero comprendí que, como K mismo había dicho, su enseñanza no podía exponerse en unas pocas palabras.

37 Golden Jubilee Souvenir Book (Krishnamurti Foundation India, 1979).


KRISHNAMURTI
Los años de plenitud
MARY LUTYENS
Impreso por Romanyà/Valls
Verdaguer, l. Capellades (Barcelona) 

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