viernes, 5 de enero de 2007

Jiddu Krishnamurti y la Liberación.

Durante esta última reunión del Campamento yo me ofrecí; voluntariamente a llevar a Krishnaji su almuerzo a Arya Vihara, preparado en los terrenos del Campamento. Siempre era un problema preservar la sopa sin que se derramara durante las cinco millas de viaje en auto. Un día mientras le entregaba su bandeja le pregunté en broma “¿No sería mucho más fácil si usted pudiera levitarse desde el Campamento y descender en el comedor?” para mi sorpresa, él dijo muy seriamente: “Tengo la llave para hacer todo eso, pero no me interesa”. Yo dije que sería maravilloso y muy práctico tener algunos de esos poderes. Él respondió con su habitual afirmación de que lo único que valía la pena era la liberación. Y para reforzar este punto me contó una pequeña historia sobre un gran yogui que él había conocido en la India, quien había desarrollado toda clase de “siddhis” y podía ejecutar cosas sorprendentes, volverse invisible, hacer crecer las semillas de las plantas en unos pocos minutos y cosas por el estilo. Antes de dejar la casa del yogui, el gran mago le dijo a él, “Yo daría felizmente todos mis “siddhis” (poderes) por un destello del Nirvana”.


K R I S H N A M U R T I
El Cantor y la Canción
(Memorias de una amistad)
Sidney Field Povedano
EDITORIAL ORIÓN
MÉXICO
1988

 

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