EL TIEMPO
Para quienes han descubierto la Verdad y logrado el cumplimiento de la vida que entraña felicidad y liberación, cesan el tiempo y sus complicaciones. Pero quienes todavía sufren el yugo de las experiencias están limitados por el pasado, el presente y el porvenir.
Quien anhele descubrir la absoluta e infinita Verdad debe reconocer que es el producto del pasado y será el resultado de su propia creación. Está ahora manifestando y exhibiendo de su ser lo que sembró en el pasado. Y así como el hombre es producto del pasado, así por sus acciones de ahora puede determinar su porvenir. El mañana depende del hoy, y por tanto el hoy determina el mañana. Quien logra gobernar su porvenir, lo domina. Estáis trayendo el futuro a lo presente. Todos en el mundo están atados por las tradiciones, temores, vergüenzas, creencias y moral del pasado. Si continuamente miráis hacia atrás, no descubriréis la Verdad, pues la eterna Verdad está siempre delante de vosotros. Si así lo comprendéis no os aferraréis al pasado y no estaréis condicionados por los pensamientos, las acciones y los sentimientos y la moral del pasado porque estancaríais y ligaríais vuestra vida. Cortad los lazos del pasado como el leñador se abre paso con 1a segur a través de tenebrosa selva para hallar tierra campa, y refrigerantes brisas. Porque el pasado siempre ata por glorioso, fructífero y sazonado que haya sido, y quien anhele liberarse ha de mirar adelante.
Si queréis construir y crear en el refugio de la eternidad no debéis poner en conflicto el pasado con el presente, sino invitar al porvenir a que contrarreste lo presente.
No comprendéis ni el presente ni el porvenir porque vuestra mente y corazón están atados por tradiciones y creencias, por los sagrados libros del pasado, por las densas sombras de los templos, por el recuerdo de los dioses. El tiempo, tal como el hombre lo comprende, os separa de vuestra meta. Por lo tanto, para emular el tiempo, debéis vivir ahora de tal modo que dominéis el futuro y lo convirtáis en presente.
Las gentes gustan de figurarse que han de recibir gloria en el futuro o descansar sobre los laureles de lo que fueron en el pasado. ¡Qué idea más cómoda! Pero la creencia en vuestra grandeza en algún lejano porvenir no os ayudará a gobernar vuestra vida en el presente con sus luchas y con 1a mente y el corazón confusos.
No quise yo ser grande en el lejano porvenir, sino que deseé ser feliz y liberarme en el presente, trascendiendo las limitaciones del tiempo. Así traje el porvenir al presente y por ello he conquistado el porvenir.
No viváis en el futuro ni en las muertas cosas de ayer, sino más bien vivid en el inmediato ahora, con la comprensión de que sois producto del pasado y que por vuestras acciones de hoy podréis gobernar el mañana y ser dueños del tiempo, dueños de la evolución, y por tanto de la perfección.
Así viviréis con mayor intensidad y cada segundo será de provecho y cada momento tendrá valor. Pero os asusta, semejante presente. Os gustaría mucho más estar condicionados por el pasado, porque teméis el porvenir. Pero no temen el porvenir quienes caminan hacia la comprensión.
Si queréis lograr el cumplimiento de la vida debéis traer el futuro al presente y suscitar el conflicto en vuestro interior, pues la satisfacción y el contento no os darán felicidad, sino que os estancarán en el camino. Si anheláis conocer la verdadera felicidad habéis de luchar en vuestro interior de modo que de la lucha resulte el florecimiento de la vida.
Desechad el pasado con todas sus glorias de terrible hermosura, con todas sus tradiciones tan amplias y, sin embargo, tan condicionadas, con todas sus moralidades que sofocan la vida, y mirad en vuestro corazón y mente para descubrir lo que os aguarda en el futuro. Porque así como sois producto del pasado y podéis gobernar el futuro, así el futuro puede convertirse en presente y vivir vosotros en ese presente.
J. Krishnamurti, La Vida Liberada, años 1922/1925.
Para quienes han descubierto la Verdad y logrado el cumplimiento de la vida que entraña felicidad y liberación, cesan el tiempo y sus complicaciones. Pero quienes todavía sufren el yugo de las experiencias están limitados por el pasado, el presente y el porvenir.
Quien anhele descubrir la absoluta e infinita Verdad debe reconocer que es el producto del pasado y será el resultado de su propia creación. Está ahora manifestando y exhibiendo de su ser lo que sembró en el pasado. Y así como el hombre es producto del pasado, así por sus acciones de ahora puede determinar su porvenir. El mañana depende del hoy, y por tanto el hoy determina el mañana. Quien logra gobernar su porvenir, lo domina. Estáis trayendo el futuro a lo presente. Todos en el mundo están atados por las tradiciones, temores, vergüenzas, creencias y moral del pasado. Si continuamente miráis hacia atrás, no descubriréis la Verdad, pues la eterna Verdad está siempre delante de vosotros. Si así lo comprendéis no os aferraréis al pasado y no estaréis condicionados por los pensamientos, las acciones y los sentimientos y la moral del pasado porque estancaríais y ligaríais vuestra vida. Cortad los lazos del pasado como el leñador se abre paso con 1a segur a través de tenebrosa selva para hallar tierra campa, y refrigerantes brisas. Porque el pasado siempre ata por glorioso, fructífero y sazonado que haya sido, y quien anhele liberarse ha de mirar adelante.
Si queréis construir y crear en el refugio de la eternidad no debéis poner en conflicto el pasado con el presente, sino invitar al porvenir a que contrarreste lo presente.
No comprendéis ni el presente ni el porvenir porque vuestra mente y corazón están atados por tradiciones y creencias, por los sagrados libros del pasado, por las densas sombras de los templos, por el recuerdo de los dioses. El tiempo, tal como el hombre lo comprende, os separa de vuestra meta. Por lo tanto, para emular el tiempo, debéis vivir ahora de tal modo que dominéis el futuro y lo convirtáis en presente.
Las gentes gustan de figurarse que han de recibir gloria en el futuro o descansar sobre los laureles de lo que fueron en el pasado. ¡Qué idea más cómoda! Pero la creencia en vuestra grandeza en algún lejano porvenir no os ayudará a gobernar vuestra vida en el presente con sus luchas y con 1a mente y el corazón confusos.
No quise yo ser grande en el lejano porvenir, sino que deseé ser feliz y liberarme en el presente, trascendiendo las limitaciones del tiempo. Así traje el porvenir al presente y por ello he conquistado el porvenir.
No viváis en el futuro ni en las muertas cosas de ayer, sino más bien vivid en el inmediato ahora, con la comprensión de que sois producto del pasado y que por vuestras acciones de hoy podréis gobernar el mañana y ser dueños del tiempo, dueños de la evolución, y por tanto de la perfección.
Así viviréis con mayor intensidad y cada segundo será de provecho y cada momento tendrá valor. Pero os asusta, semejante presente. Os gustaría mucho más estar condicionados por el pasado, porque teméis el porvenir. Pero no temen el porvenir quienes caminan hacia la comprensión.
Si queréis lograr el cumplimiento de la vida debéis traer el futuro al presente y suscitar el conflicto en vuestro interior, pues la satisfacción y el contento no os darán felicidad, sino que os estancarán en el camino. Si anheláis conocer la verdadera felicidad habéis de luchar en vuestro interior de modo que de la lucha resulte el florecimiento de la vida.
Desechad el pasado con todas sus glorias de terrible hermosura, con todas sus tradiciones tan amplias y, sin embargo, tan condicionadas, con todas sus moralidades que sofocan la vida, y mirad en vuestro corazón y mente para descubrir lo que os aguarda en el futuro. Porque así como sois producto del pasado y podéis gobernar el futuro, así el futuro puede convertirse en presente y vivir vosotros en ese presente.
J. Krishnamurti, La Vida Liberada, años 1922/1925.
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