viernes, 19 de enero de 2007

Jiddu Krishnamurti y "El Proceso".

Año 1961.

La Signora Scaravelli, su anfitriona en Gstaad, ha descrito los estados de conciencia de Krishnaji mientras él estuvo en el Chalet Tanneg (El Chalet Tanneg está en Gstaad, Suiza. Krishnaji vivió allá todos los años en los meses de julio y parte de agosto hasta 1983, como invitado de la Signora Vanda Scaravelli. Durante este período ofreció pláticas y sostuvo discusiones en Saanen). Estos eran similares y, no obstante, diferentes de los que habían tenido lugar en Ootacamund. El dolor intenso estaba ausente. Los estados de ‘lo otro’ y la bendición surgían en sus paseos, en la casa, durante las horas de vigilia o cuando despertaba del sueño. Vanda Scaravelli percibía la presencia sagrada alrededor y dentro de él. Habló del cambio en su rostro y de una percepción, un sentimiento simultáneo de vacío y plenitud. Todo el tiempo estuvo él ofreciendo pláticas en Saanen. Estas no eran independientes de sus estados de conciencia. Parecía haber llegado a su fin toda separación entre estos acontecimientos místicos y su vida cotidiana.

El 18 de julio, mientras se encontraba en Gstaad, escribió él en su Diario: “Nuestros ojos y cerebro registran las cosas externas, los árboles, las montañas, las rápidas corrientes; acumulan conocimiento, técnica, etc. con esos mismos ojos y cerebro entrenados para observar, escoger, condenar y justificar, nos volvemos hacia adentro, miramos dentro de nosotros, reconocemos objetos, construimos ideas que se organizan en razonamientos. Esta mirada interna no llega muy lejos, porque está aún dentro de la limitación de su propio observar y razonar. Este fijar la mirada en lo interno sigue siendo la mirada externa y, por lo tanto, no hay mucha diferencia entre ambas. Lo que pueda aparecer como diferente, puede ser similar”.

“Pero existe una observación interna que no es la observación externa vuelta hacia adentro. El cerebro y el ojo que observan sólo parcialmente, no contienen la visión total. Han de estar completamente activos pero quietos; deben cesar de escoger y juzgar, pero tienen que hallarse pasivamente atentos. Entonces existe la visión total sin la frontera del tiempo-espacio. En este relámpago nace una nueva percepción”2.

Hasta donde sepamos, ésta fue la última ocasión en que él experimentó tales acontecimientos. En años posteriores habrían de surgir otros estados de vastedad y de vacío, en los cuales se desmayaría saliendo de su cuerpo; pero estos procesos parecen ser de una naturaleza diferente.

2 Krishnamurti, Diario

Biografía de J. Krishnamurti.
Pupul Jayakar. Editorial Kier.

 

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