miércoles, 31 de enero de 2007

Jiddu Krishnamurti y la Meditación.

En 1942 había escasez de alimentos en los EE.UU. y se había impuesto una velocidad máxima de treinta y cinco millas por hora antes de que se introdujera el racionamiento del petróleo. El costo de la vida había subido. K y Rajagopal cultivaban vegetales en Ojai, y mantenían gallinas y una vaca de la que obtenían un poco de leche y mantequilla. También comenzaron a criar abejas.

A comienzos de septiembre de 1942, volvieron a subir al Parque Nacional de Sequoias. Permanecieron ahí juntos por tres semanas y después, cuando los Rajagopal tuvieron que regresar a Ojai para el comienzo de las clases de Radha, K se quedó otras tres semanas solo. Como siempre que estaba completamente solo, era completamente feliz. Se alojaba en una cabaña donde le proveían de agua caliente pero en la cual no se permitía cocinar, de manera que lo poco que necesitaba cocinar lo hacía en un hornillo bajo los enormes árboles. El restaurante que había en el parque era demasiado costoso; por lo tanto, K comía latas compradas en el mercado del Campamento. «El helecho está adquiriendo un color amarillo oro y el cerezo silvestre un rojo que es realmente indescriptible». Así escribía a Lady Emily el 9 de octubre, un día antes de regresar a Ojai. «No he visto un diario por un mes –proseguía . Es espléndido y hermoso, un lugar perfecto para la meditación, que he estado haciendo por dos o tres horas al día». También caminaba cerca de diez millas diarias sin sensación alguna de fatiga. Como ya era casi el fin de la temporada, había pocos visitantes y él raramente se encontraba con alguien en sus paseos, aunque sí había abundancia de animales osos, ciervos y miles de ardillas . El guardaparques le advirtió que tuviera cuidado con los osos.

Durante el año o dos que siguieron, una gran parte del tiempo de K estuvo dedicada al cuidado del huerto y de los animales ahora había dos vacas . También veía a más gente que venía a Ojai desde grandes distancias pese al racionamiento del petróleo para tener entrevistas con él. «Internamente estoy llevando una vida extraordinariamente enérgica le escribió a Lady Emily el 31 de agosto de 1943 , muy creativa y gozosa». Meditaba por lo menos dos horas al día. Su carta continuaba así:

La verdadera meditación es realmente el fenómeno más extraordinario que uno pueda experimentar. Es tanto un descubrimiento creativo como un proceso liberador donde lo Supremo se revela. No he hablado por más de tres años y es bueno mantenerse en silencio. Durante esos años uno se ha desarrollado profundamente, ha descubierto muchas cosas y ha redescubierto la luz y el amor de lo Eterno. Sólo ahora ello se ha establecido profundamente y es imperecedero. Como dije, medito varias horas por día y hay tesoros inagotables. Este amor es como una fuente surgente, siempre desbordante.

Posteriormente, él ha escrito y hablado muchísimo acerca de la meditación. El pasaje siguiente tal vez resume mejor que cualquier otro su concepto de la «verdadera meditación»:

La meditación es una de las artes más grandes en la vida quizá la más grande y no podemos aprenderla de nadie. Esa es su belleza. No tiene técnica y, por ende, no tiene autoridad. Cuando uno aprende acerca de sí mismo, cuando se observa cómo camina, cómo come, qué dice, la charlatanería, el odio, los celos; si está atento a todo eso en sí mismo, sin preferencia alguna, ello forma parte de la meditación. Por lo tanto, la meditación puede tener lugar cuando estamos sentados en un autobús o paseamos por los bosques llenos de luces y sombras, o cuando escuchamos el canto de los pájaros o contemplamos el rostro de nuestra mujer o nuestro hijo15.

Y recientemente ha escrito: «Todo esfuerzo que se hace para meditar, niega la meditación»16.

15 Freedom from the Known (1969).
16 Prólogo de Krishnamurti en Meditations (1980).

KRISHNAMURTI
Los años de plenitud
MARY LUTYENS
Impreso por Romanyà/Valls
Verdaguer, l. Capellades (Barcelona)

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