domingo, 4 de febrero de 2007

Jiddu Krishnamurti y su Enseñanza.

 Año 1979.

K y Mary regresaron a Brockwood a fines de mayo. Ahora la escritura del segundo volumen de la biografía estaba mucho más en mi mente, y yo comenzaba con vacilación a encaminarme hacia la tarea de abordarlo. Pero necesitaba hacer otro intento para descubrir del propio K la fuente de su enseñanza. Yo sabía que en 1972 él había examinado esta cuestión en Ojai con algunos miembros de la American Foundation. En esa ocasión había dicho:

Siento que estamos penetrando en algo que la mente consciente jamás podrá comprender, lo cual no significa que yo esté haciendo de ello un misterio. Existe algo, y es demasiado inmenso para ponerlo en palabras. Hay un depósito tremendo por decirlo así que si la mente humana pudiera alcanzarlo, revelaría algo que ninguna mitología intelectual invención, suposición, dogma podrá jamás revelar.

No estoy haciendo un misterio de esto; sería una estúpida treta infantil. Crear un misterio de nada, sería algo desvergonzado, cruel e implicaría explotar a la gente; y esa es una sucia treta.

O uno crea un misterio cuando no hay ninguno, o existe un misterio al cual tenemos que aproximarnos con extraordinaria delicadeza y vacilación y, ustedes lo saben, de manera tentativa. Y esto no puede hacerlo la mente consciente. Aquello está ahí, pero uno no puede llegar a ello, no puede invitarlo. No es un logro progresivo. Existe algo, pero el cerebro no puede comprenderlo.


Pero yo aún no estaba satisfecha, incluso después de leer estas notas. El 4 de junio bajé a Brockwood por el día, y tuve dos conversaciones con K. Mary Zimbalist estuvo presente y tomó notas de los puntos más destacados. Yo misma no tomé notas, y sentí que el uso de un grabador inhibiría la espontaneidad. La primera conversación tuvo lugar en el gran dormitorio de K que da sobre el prado y los campos que se extienden más allá, mientras él estaba sentado en la cama con las piernas cruzadas, la espalda bien recta y vestido con su bata de baño color azul pálido. Había en la habitación un tenue perfume a sándalo, perfume que yo siempre relaciono con él. Incluso el papel en que escribe huele débilmente á sándalo.

Se mostró más que cooperativo; en verdad, parecía tan ansioso como yo de hacer el descubrimiento. Empecé por preguntarle si podía explicar qué le había hecho ser lo que era. Él replicó a esto preguntándome qué explicación pensaba yo que podía haber. La explicación más plausible, dije, era la teoría de Besant Leadbeater del Señor Maitreya ocupando un cuerpo especialmente preparado para ello; del ego evolucionando a través de una serie de encarnaciones hasta que nació en un cuerpo brahmín, que era más puro que cualquier otro cuerpo por no haber tocado carne ni alcohol durante incontables generaciones. Esta explicación también podría dar respuesta al «proceso»: el cuerpo, al haber sido, por así decir, «sintonizado» debidamente, se volvió más y más sensible para acomodar a su divino ocupante, y así finalmente combinó la conciencia del Señor Maitreya con la del propio Krishnamurti. En otras palabras, todo lo que habían predicho Mrs. Besant y Leadbeater, había terminado por suceder. K estuvo de acuerdo en que esta teoría era la más verosímil, pero que él no pensaba que fuera así. Otra posible explicación, sugerí, era que había un inmenso depósito de bondad en el mundo que podía ser utilizado, y que habían aprovechado muchos grandes artistas, genios y santos. K descartó esto sin explicación alguna. La única otra teoría que pude sugerir era que Krishnamurti mismo había evolucionado a través de muchas vidas hasta convertirse en lo que era, aunque esto yo lo encontraba difícil de aceptar porque el muchacho Krishnamurti que yo había conocido era completamente vacuo, infantil, casi retardado, y no se interesaba realmente en nada excepto en el golf y en cosas mecánicas tales como cámaras fotográficas, relojes y motocicletas. Yo no podía concebir cómo este ser podía alguna vez haber desarrollado el cerebro apto para exponer la enseñanza de Krishnamurti.

Ahora cito las notas tomadas por Mary Zimbalist:

ML: Las enseñanzas no son sencillas. ¿Cómo es que surgieron en ese niño vacío?

K: Usted admite un misterio. El niño era afectuoso, vacío, aficionado a los juegos atléticos, no era intelectual. Lo importante en esto es la mente vacía. ¿Cómo pudo esa mente vacía llegar a esto [la enseñanza]? ¿Era la vacuidad necesaria para que esto se manifestara? Esta cosa que se manifiesta, ¿emana de una fuente universal, tal como el genio surge de ella en otros campos? El espíritu religioso nada tiene que ver con el genio. ¿Cómo es que la mente no se llenó con la teosofía, etc.? ¿La vacuidad fue deliberadamente creada para la manifestación? En los comienzos el niño tiene que haber sido muy extraño. ¿Qué lo hizo de ese modo? ¿El cuerpo fue preparado a través de muchas vidas, o esta fuerza tomó el cuerpo vacío? ¿Por qué no se convirtió él en una abominación con toda esa adulación que le rodeaba? ¿Por qué no se volvió cínico, desagradable? ¿Qué lo protegió de eso? Esta vacuidad estaba protegida. ¿Qué la protegió?

ML: Eso es lo que estamos tratando de descubrir.

K: Durante toda su vida lo han cuidado, lo han protegido. Cuando viajo en avión sé que nada va a suceder. Pero nada hago qué pudiera representar un peligro. Me hubiera gustado elevarme en un planeador [le habían ofrecido la oportunidad en Gstaad] pero sentí que no debía hacerlo. Siempre he sentido que me protegen. ¿O la impresión de que me protegen surge porque Amma [Mrs. Besant] siempre veía que me cuidaban veía siempre que había dos Iniciados protegiéndome [por los primeros años, sólo después de que él llegara a Inglaterra]. No creo que se deba a eso.

ML: No, porque la otra cosa el «proceso» llegó por primera vez cuando usted estaba lejos de todos ellos sólo en Ojai con Nitya .

K: Sí, el vacío nunca me ha abandonado. Estando en el consultorio del dentista durante cuatro horas, ni un solo pensamiento pasó por mi mente. Sólo cuando hablo o escribo, «esto» entra realmente en juego. Estoy asombrado. El vacío continua aún ahí. ¡Desde que era un niño hasta ahora unos ochenta años conservar una mente vacía! ¿Qué es lo que hace que eso ocurra? Usted puede sentirlo en la habitación ahora mismo. Está sucediendo en esta habitación porque estamos considerando algo muy serio, y entonces eso llega derramándose en abundancia. La mente de este hombre está constantemente vacía, desde la infancia hasta hoy. No quiero hacer de eso un misterio; ¿por qué no puede ocurrirle a todos?

ML: Cuando usted ofrece las pláticas, ¿su mente está vacía?

K: Oh, sí, completamente. Pero no es eso lo que me interesa sino por qué permanece vacía. Debido a que la mente está vacía, no tiene problemas.

ML: ¿Es única?

K: No. Si una cosa es única, entonces los demás no pueden lograrla. Quiero evitar todo misterio. Veo que la mente del niño es ahora la misma. La otra cosa está ahora aquí. ¿Usted no la percibe? Es como una pulsación.

ML: La esencia de su enseñanza es que todos pueden tener eso.

K: Sí, si fuera algo único no tendría ningún valor. Pero esto no es así. ¿Se conserva vacía para que esta cosa pueda decir: «Aunque yo estoy vacía, usted ­X­ puede también tener eso»?

ML: ¿Usted quiere indicar que la mente está vacía a fin de poder decir que esto puede ocurrirle a todos?

K: Así es. Correcto. ¿Pero es esa cosa la que conservó vacía la mente? ¿Cómo permaneció vacía todos estos años? Eso es extraordinario. Nunca antes había yo pensado en eso. La mente no sería así si no fuera por su desapego. ¿Por qué jamás se apegó a nada? Esa cosa debe haber dicho: «Tiene que haber un vacío, o de otro modo yo esa cosa no puedo funcionar». Esto es admitir toda suerte de cosas místicas. Entonces, ¿qué es eso que la mantiene vacía para que pueda decir todo esto? ¿Encontró esa cosa a un niño que era el más apto para permanecer vacío? Este niño no tenía aparentemente ningún temor de ponerse contra Leadbeater, contra la teosofía, contra la autoridad; Amma, Leadbeater ellos tenían una gran autoridad . Esa cosa tiene que haber estado operando. Y esto tiene que ser posible para toda la humanidad. Si no, ¿qué sentido tiene?

La conversación se interrumpió aquí; K tenía que levantarse para llegar a tiempo al almuerzo que se sirve en el comedor de la escuela. Después del almuerzo, reanudamos la conversación en la cocina del ala occidental.

K: No hemos descubierto por qué a este niño se le mantuvo vacío desde entonces hasta ahora. ¿Es el vacío una ausencia de egoísmo el yo, el mí mismo mi casa, el apego? ¿Pero cómo se produjo este vacío con su ausencia de yo? Resultaría sencillo si dijéramos que el Señor Maitreya preparó este cuerpo y lo mantuvo vacío. Esa sería la explicación más simple, pero lo más simple es sospechoso. Otra explicación sería que el ego de K podría haber estado en contacto con el Señor Maitreya y el Buda y dijo: «Yo me retiro; eso es más importante que mi detestable yo». Pero también de esto sospecho; ello implica mucha superstición. De algún modo no se siente que sea puro, verdadero. El Señor Maitreya vio este cuerpo con un mínimo de ego, quiso manifestarse a través de él, y entonces el cuerpo se mantuvo incontaminado. Amma decía que el rostro de K era importante porque representaba aquello. Fue preparado para aquello. Esto significa que no todo el mundo puede tenerlo. K es una rareza biológica. Una salida cómoda. ¿Cuál es, entonces, la verdad? No lo sé, Realmente, no lo sé. ¿Cuál es la verdad de todo esto? No es un engaño de mí mismo, una ilusión, un estado inducido, el producto de un deseo yo no sé qué desear . Otra cosa peculiar en todo esto es que K siempre se ha sentido atraído hacia el Buda. ¿Es ésta una influencia? No lo creo. ¿Es esa fuente el Buda? ¿El Señor Maitreya? ¿Cuál es la verdad? ¿Es algo que jamás descubriremos?

Mary Zimbalist: ¿Alguna vez se siente utilizado, siente que algo penetra en usted?

K: Yo no diría eso. Penetra en la habitación cuando hablamos seriamente.

ML: ¿Qué relación tiene ello con el dolor?

K: El dolor llega cuando estoy quieto, sin hablar. Llega lentamente, hasta que el cuerpo dice: «Es suficiente». Después de alcanzar una crisis, el cuerpo desfallece; el dolor se agota o hay alguna interrupción y desaparece.

ML: ¿Podemos descartar la acción de algo externo?

K: Yo no la descarto. ¿Pero cuál es la verdad? Hay un elemento en todo esto que no pertenece al hombre, al pensamiento, que no es autoinducido, Yo no soy así. ¿Es esto algo que no podemos descubrir, que no debemos tocar, algo impenetrable? Me lo estoy preguntando. He sentido con frecuencia que no es asunto mío, que jamás podremos descubrirlo. Cuando decimos que surge porque la mente está vacía, tampoco creo que sea así. Hemos llegado a un callejón sin salida. He hablado con usted, con ella [MZ], con Subba Rao [quien lo había conocido desde que era un niño]. Él me dijo: «Usted ha sido como es ahora desde un principio». Y yo me pregunto: «¿Es eso cierto?» Si lo es, no hay esperanza para los demás. ¿Es todo ello algo que no podemos tocar? Estamos tratando de alcanzar aquello con nuestras mentes. Trate de descubrir qué es aquello cuando su mente está quieta por completo. Para descubrir la verdad al respecto, usted tiene que tener su mente vacía. No mi mente que es vacía. Pero aquí hay un factor que estamos pasando por alto. Hemos llegado a un punto donde nuestros cerebros, nuestros instrumentos de investigación ya no tienen sentido.

ML: ¿Podría algún otro descubrirlo? ¿Y sería correcto investigarlo?

K: Usted podría hacerlo porque está escribiendo sobre ello. Yo no puedo. Si usted y María [MZ] se sentaran y dijeran: «Investiguemos», estoy bastante seguro de que podrían descubrirlo. O hágalo sola. Yo veo una cosa: lo que digo es verdadero, nunca puedo descubrir por qué. El agua nunca puede descubrir qué es el agua. Eso es absolutamente cierto. Si usted lo descubre, yo lo corroboraré.

ML: Si ello fuera cierto, ¿usted lo sabría?

K: ¿Puede sentirlo en esta habitación? Se está volviendo más y más fuerte. Me está empezando a doler la cabeza. Si usted formulara la pregunta y dijera: «No sé», podría descubrirlo. Si yo escribiera al respecto plantearía todo esto. Empezaría con el niño en completo estado de vacuidad.

ML: ¿No le preocupa si se dice que usted desea que ello se explique?

K: No me importa. Diga usted lo que guste. Estoy seguro de que si otros se lo proponen firmemente, pueden hacerlo. Estoy absolutamente seguro de esto. Absolutamente, absolutamente. También estoy seguro de que Yo no puedo descubrirlo.

ML: ¿Qué pasaría si uno pudiera llegar a comprenderlo pero no fuera capaz de expresarlo en palabras?

K: Usted podría, encontraría el modo. Tan pronto como uno descubre algo tiene palabras para ello. Como un poema. Si usted está abierta a la investigación, si pone su cerebro en condiciones, alguien podría descubrirlo. Pero, en el instante en que usted lo descubra ello será verdadero. No habrá ningún misterio.

ML: ¿No se opondrá el misterio a ser descubierto?

K: No, el misterio habrá desaparecido.

Mary Zimbalist: Pero el misterio es algo sagrado.

K: Lo sagrado permanecerá.

Aquí terminó la conversación, porque a K la cabeza le dolía tanto que tuvo que ir a acostarse. No era sólo cuando estaba quieto que esto le ocurría, sino cuando hablaba de cosas como las que habíamos investigado. Yo regresé a Londres, espantada por la responsabilidad que él había depositado en nosotras; K estaba «absolutamente seguro» de que nosotras podíamos descubrir la verdad acerca de él si lo intentábamos, pero yo seguía renuente a creer que él mismo no pudiera ayudarnos más en el descubrimiento de la verdad, de modo que tres semanas después, el 15 de junio, hablé otra vez con él en Brockwood antes de su partida para Gstaad. Fue nuevamente después del almuerzo, en la cocina del ala occidental, y de nuevo Mary Zimbalist estuvo presente y tomó notas, de las cuales cito:

ML: Su enseñanza es complicada.

K: Muy complicada.

ML: Si usted la leyera, ¿la entendería?

K: Oh, sí, sí.

ML: ¿Quién creó las enseñanzas? ¿Usted? ¿El misterio?

K: Una buena pregunta. ¿Quién es el autor de las enseñanzas?

ML: Conociéndole como K, el hombre, a mí me resulta difícil pensar en usted como el autor de las enseñanzas.

K: Usted quiere decir: sin estudio previo, ¿podría usted o alguna otra persona producir esas enseñanzas?

ML: En usted se manifiesta algo que no parece formar parte de su propio cerebro.

K: Las enseñanzas, ¿son extraordinarias?

ML: Sí, son diferentes, originales.

K: Seamos claros. Si yo me sentara deliberadamente para escribirlas, dudo que pudiera producir eso. Le diré algo que sucede. Ayer dije: «Pensar acerca de algo, es diferente de pensar». Dije: «Realmente no comprendo eso, mirémoslo», y cuando lo hice vi claramente algo. Hay una sensación de vacuidad, y luego algo llega. Pero si me sentara deliberadamente para hacerlo, quizá no podría. Schopenhauer, Lenin, Bertrand Russell, etc., todos habían leído muchísimo. Aquí tenemos el fenómeno de esta persona que no se ha educado, que no ha practicado ninguna disciplina. ¿Cómo llegó a todo esto? ¿Qué es ello? Si sólo fuera K él es bondadoso, sin mayor cultura­ entonces, ¿de dónde viene eso? Esta persona [K] no ha desarrollado la enseñanza.

ML: ¿No ha llegado a ella por medio del pensamiento?

K: Es como ¿cuál... cuál es el término bíblico? una revelación. Ocurre todo el tiempo cuando estoy hablando.

ML: ¿El auditorio crea algo que contribuye a la revelación?

K: No. Comencemos de nuevo. La pregunta más profunda sería: Encontraron al niño, y el condicionamiento no pudo hallar asidero en él ni la teosofía, ni la adulación, ni el Instructor del Mundo, ni la propiedad, ni las enormes sumas de dinero nada influyó en él. ¿Por qué? ¿Quién lo protegía?

ML: Para mí es difícil no personificar un poder –alguien que protege. Un poder que protege es una concepción demasiado vasta para nuestros cerebros limitados, pero tal vez sea como un conductor de luz. El rayo, la electricidad encuentran un conductor el camino más directo a tierra . Este poder que yo pienso es realmente amor encuentra un conductor en la mente vacía.

K: Tiene que existir un cuerpo especial. ¿Cómo surgió ese cuerpo y cómo permaneció incorrupto? ¡Hubiera sido tan fácil corromperlo! Ello significa que el poder estuvo cuidándolo.

ML: ¿Y preparándolo haciéndolo accesible con «el proceso» ?

K: Eso viene después.

ML: Comenzó tan pronto el cuerpo fue lo bastante fuerte.

K: Sí, pero si usted admite todo esto, él es un «fenómeno», en el buen sentido de la palabra. El «fenómeno» fue conservado para la enseñanza, él carece por completo de importancia. Todo el mundo puede aceptar la enseñanza, percibir su verdad. Si usted convierte en importante el fenómeno, ello excluye todo lo demás.

ML: El fenómeno es necesario para transmitir las enseñanzas, pero los no fenómenos, ¿pueden recibirlas?

K: Sí, sí. Por lo tanto, nos preguntamos: ¿De qué modo se le conservó como un fenómeno?, una palabra horrible.

MZ: Digamos que un poder aguardaba...

K: Amma y Leadbeater sostenían que un Bodhisattva iba a manifestarse y que tenían que encontrar un cuerpo la tradicional manifestación del Avatar . El Buda pasó por todo eso, el sufrimiento, etc., luego lo desechó y alcanzó la iluminación. Lo que enseñó era original, pero él pasó por todo eso. En cambio aquí tenemos un fenómeno que no pasó por ninguna de esas cosas. Jesús puede haber sido también un fenómeno. El poder tiene que haber vigilado este cuerpo desde el instante en que nació. ¿Por qué? ¿Cómo ocurrió eso? El niño procedía de una familia que nada tenía de especial. ¿Cómo se encontraba allí ese niño? ¿Era el poder que deseaba manifestarse el que creó al niño, o ese poder vio una familia brahmánica, un octavo hijo, y exclamó: «Ese es el niño»?

ML: Se elige habitualmente un cuerpo oriental.

K: Esa cosa está en la habitación. Si usted le preguntara qué es, no respondería. Diría: «Eres demasiado insignificante». Creo que el otro día dijimos que hay una fuente de bondad que tiene que manifestarse. Pero en ese caso estamos otra vez de vuelta donde empezamos. ¿Cómo describiría usted esto sin hablar de un fenómeno biológico? Pero todo esto es sagrado, y no sé cómo podrá usted transmitir, no sólo lo sagrado, sino todas las otras cosas de que hemos estado hablando. Es realmente muy extraordinaria la causa de que no corrompieran al niño. Ellos hicieron todo lo posible para dominarme. ¿Por qué se le hizo pasar por la experiencia de Ojai? ¿Era porque el cuerpo no estaba lo suficientemente armonizado?

MZ: Usted jamás trata de evitar el dolor.

K: Por supuesto que no. Usted ve que el dolor ha comenzado. Hace como media hora. Supongamos que usted vuelca todo esto en el papel. ¿Qué dirían al respecto hombres cuerdos, hombres reflexivos como Joe [mi esposo]? ¿Dirían que esto no es nada? ¿Que una cosa así le ocurre a todo genio? Si usted dijera: «Critiquen esto», ¿cuál sería la reacción de ellos? ¿Dirían que todo eso es inventado, dirían que es un misterio? ¿Estamos tratando de tocar un misterio? Tan pronto como usted lo comprende, ello no es más un misterio. Pero lo sagrado no es un misterio. Por lo tanto, estamos tratando de remover el misterio que lleva a la fuente. ¿Qué dirían ellos, que usted está haciendo un misterio donde no lo hay en absoluto? ¿Que él nació así? Lo sagrado está ahí, y porque es sagrado, es inmenso. ¿Qué ocurrirá cuando yo muera? ¿Qué ocurrirá aquí? ¿Depende todo ello de un solo hombre? ¿O hay personas que lo llevarán adelante?

ML: Ha habido un cambio desde que usted dijo en Epping Forest, hace unos diez años, que todo podría venirse abajo después de su muerte.

K: No estoy seguro de que haya un cambio. Están los libros, pero no es suficiente. Si las personas que me rodean tuvieran eso, serían fenómenos como K. El fenómeno está diciendo: «¿Hay personas que hayan bebido las aguas y lleven esto adelante?» Yo acudiría a las personas que lo hayan conocido, para captar a través de ellas un sentimiento de cómo es él. Caminaría muchas millas para hablar con alguien que haya estado con él y preguntarle: «Usted ha bebido las aguas, ¿cómo es ello?» [Él había dicho casi la misma cosa refiriéndose al Buda, en la reunión de las Fundaciones que se realizó en Ojai en 1977].

Este fue el fin de la conversación, pues otra vez K tuvo que ir a acostarse debido al dolor que sentía en la cabeza y en el cuello. Me quedé con la curiosa sensación, que retorna aún con mayor fuerza cuando releo estas notas, de que a K le gustaría por una vez estar fuera de esto, cosa que jamás ha ocurrido. Recordé lo que el 28 de diciembre de 1925 él había expresado, después de la primera manifestación así lo creíamos del Señor Maitreya cuando éste habló a través de él en Adyar: mi madre le había dicho esa misma tarde que su rostro se había transformado al igual que sus palabras, y que brillaba con un resplandor glorioso cuando súbitamente pasó de la tercera a la primera persona singular; «Yo vengo para aquellos que anhelan simpatía...» «Me gustaría haber podido verlo» contestó entonces K en un tono de añoranza .

Regresé a Londres con un sentimiento de enorme compasión por él, el amor más protector que haya conocido jamás. «El agua nunca puede descubrir qué es el agua», había dicho K durante nuestra conversación anterior. Él nunca podría hallarse fuera de esto; él nunca sabría lo que era; él nunca vería como se transfiguraba su rostro en momentos de especial inspiración o revelación. ¿Podría yo descubrirlo por él? Él nos había dicho que eso era imposible, nos había dicho que tratáramos de descubrirlo, mientras que en 1972 había dicho que nadie podría jamás comprenderlo; que eso era algo «demasiado inmenso para expresarlo en palabras». Ahora decía: «En el instante que uno descubre algo, tiene palabras para ello». ¿Podría yo descubrirlo? El sentimiento de la protección que él siempre ha percibido y su repetida insistencia en su mente vacía, eran las pistas principales para guiarme. ¿Podría yo descubrirlo? El reto era emocionante, embriagador.


KRISHNAMURTI
Los años de plenitud
MARY LUTYENS
Impreso por Romanyà/Valls
Verdaguer, l. Capellades (Barcelona)

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