domingo, 4 de febrero de 2007

Jiddu Krishnamurti y Radha Rajagopal.

 El viajar constantemente por más de dos años dejó a K exhausto cuando regresó a California a fines de abril de 1934. Se alojó en Los Ángeles con el Dr. John Ingleman, un sueco amigo suyo desde hacía mucho tiempo que le daba masajes y generalmente cuidaba de su salud. Los Rajagopal, mientras tanto, se alojaban en el 2123 de North Beechwood Drive, Hollywood, donde estaba la oficina principal en los EE.UU.; tenían allí un piso arriba de las oficinas. Rajagopal, que continuaba sufriendo de reumatismo o artritis en las manos, visitó a diversos médicos y se le prescribió una dieta muy estricta. En mayo regresaron todos a Ojai. «Radha es encantadora ­le escribió K a Lady Emily­, parlotea todo el tiempo. A mí me trata como si fuera otro niño, juega conmigo, etc.» (ella tenía cerca de tres años). A K siempre le han gustado los niños y se siente muy cómodo con ellos. En uno de sus libros da una descripción memorable de una pequeña niña en la India:

Una niñita, sin que se lo sugiriera su madre, vino y se sentó junto a mí, con los ojos muy abiertos y maravillándose de todo cuanto la rodeaba. Estaba recién bañada y vestida, y tenía flores en el cabello. Lo observaba todo agudamente, como lo hacen los niños, sin registrar demasiado. Sus ojos brillaban y no sabía qué hacer, si llorar, reír o brincar; en vez de eso tomó mi mano y se quedó mirándola con interés absorbente. Enseguida olvidó a todas esas personas que estaban en la habitación, se relajó y se quedó dormida con su cabecita en mi regazo8.

8 Comentarios sobre el vivir (1956).


KRISHNAMURTI
Los años de plenitud
MARY LUTYENS
Impreso por Romanyà/Valls
Verdaguer, l. Capellades (Barcelona)

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