domingo, 21 de enero de 2007

Jiddu Krishnamurti y C.W. Leadbeater.

 Año 1980.
Esa tarde fue histórica: Krishnaji volvió a pasear por los terrenos de la Sociedad Teosófica en Adyar. Le acompañamos. Radha Burnier estaba con él en el automóvil. Fueron recibidos en el portal por el vicepresidente de la Sociedad Teosófica. Agasajaron a Krishnaji con una guirnalda de rosas. Radha y Krishnaji caminaron por la carretera que va a la playa, pasando el edificio de la sede central. Krishnaji caminó más allá de su antiguo aposento; al regresar tomó el sendero a lo largo del río. Es un predio hermoso. Los árboles son bellos, las personas que vivían ahí buscaban refugiarse de los afanes del mundo. El regreso de Krishnaji contenía una grande y conmovedora intensidad.

Todos los días, mientras estuvo en Madrás, Krishnaji viajaba en automóvil atravesando el recinto de la Sociedad Teosófica hasta la casa de Radha, y desde ahí caminaba por la playa. Una tarde, al regresar de su paseo, Krishnaji habló de dos jóvenes pescadores - muchachos delgados, de piel oscura. Con naturalidad y una destreza inmensa, preparaban sus catamaranes para la botadura; giraban el timón para dirigirse al mar, lanzando rápidamente el bote hacia las oscuras aguas desconocidas. Krishnaji se sintió profundamente conmovido.

Más tarde, durante ese mismo año, Krishnaji habría de ir a la Sociedad Teosófica para almorzar con Radha Burnier. Antes del almuerzo, ella fue con él al edificio principal de la Sociedad, donde la Sra. Besant había tenido sus aposentos y donde había vivido. K visitó previamente su propia habitación que daba sobre el río y el mar. Primero se paró ante la, ventana mirando fijamente a lo lejos, donde el río se encuentra con el mar. Más tarde diría que no lo recordaba. Después fue a la habitación de Mrs. Besant. Se paró con sumo cuidado delante de su chowki con su pequeño escritorio, y caminó alrededor de la habitación, en silencio, escuchando. Súbitamente, se detuvo ante una gran fotografía de Leadbeater colgada en la pared. “En mi época esto no estaba aquí”, dijo. Radha Burnier le explicó que había sido puesta ahí muchos años después. Durante unos minutos, Krishnaji estuvo parado delante del retrato contemplándolo, luego levantó de pronto la mano y dijo. “Pax, pax”. Finalmente, se volvió hacia Radha Burnier y salió de la habitación.


Biografía de J. Krishnamurti.
Pupul Jayakar. Editorial Kier.

  

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