miércoles, 10 de enero de 2007

Jiddu Krishnamurti y Helen Knothe.

Año 1924.

A partir de esta fecha en adelante parece que Leadbeater delegó toda responsabilidad acerca de K, en Mrs. Besant. Esto era en él algo totalmente distinto de lo habitual; uno hubiera esperado que preguntaba al Maestro Kuthumi o al señor Maitreya, o particularmente al Maestro Jesús, acerca de lo que estaba sucediendo con el cuerpo de K. Por desgracia, no hay ninguna manera de saber lo que pasaba por la mente de Leadbeater. Este es uno de los muchos misterios de esta extraña historia. Sin embargo, uno puede sentir que su incertidumbre en este asunto da autenticidad a su clarividencia, más bien que lo contrario. Mientras tanto, la tortura de K continuaba sin disminuir.

"Me estoy volviendo más y más irritable y me canso cada vez más [escribió a Lady Emily], desearía que usted y los otros estuvieran aquí. Frecuentemente siento ganas de llorar en estos días, y ésta no era mi manera de ser. Es terrible para los demás y para mí mismo... Quisiera que Helen estuviera aquí, pero eso es imposible y también es probable que Ellos no quieran que haya alguien a mi lado que me ayude. Así que tengo que hacerlo todo por mí mismo... Por mucho que uno se lo proponga, existe una soledad, la de un pino solitario en el desierto."

Parecía que tan sólo cuando se tornaba como un niño podía descansar y, por tanto, obtener algún alivio al sufrimiento que lo acompañaba ahora todo el día como un dolor sordo que se intensificaba por las noches. Pero no podía convertirse en un niño sin una “madre” que cuidara del cuerpo. Rosalind ya no era capaz de llenar este papel por alguna inexplicable razón, y el padre de Helen, naturalmente, no le permitiría ir a Ojai. “Supongo que eso es difícil con una familia tan, escrupulosa”, le comentó a Lady Emily. “Dios mío, estoy contento de no tener una”. (Sin embargo, cuando estuvo por primera vez en París en 1920, una familia era lo único que él anhelaba). Todas las cartas sin contestar se amontonaban, su mensaje mensual a los grupos de Autopreparación así como sus notas editoriales agobiaban su mente; sus escritos oficiales nunca quedaban del todo terminados, porque Lady Emily invariablemente los corregía para él, pero ahora, el más ligero esfuerzo mental iniciaba el dolor en su columna.

Le dio a Lady Emily sólo unos pocos vislumbres de su vida cotidiana: jugando golf sin que eso le proporcionara ningún descansó, Rajagopal tratando de enseñar álgebra a Rosalind y sus disputas por ello. “Estamos a tal grado hartos de nosotros mismos que nada nos divierte ahora, o bien todo nos divierte. Por el menor motivo nos reímos hasta que casi se nos saltan las lágrimas”.
Hacia el 7 de febrero, Nitya escribió a Mrs. Besant que habían tenido setenta y seis noches ininterrumpidas del proceso y que cumplían tres meses de estar en Arya Vihara.

El suceso nocturno es ahora de una tensión mayor que nunca, ya toda la excitación y las diversiones si es que alguna vez las hubo, han desaparecido... Creo que Krishna casi ha olvidado sonreír... El dolor se está, volviendo más y más intenso, aunque su capacidad para soportarlo crece con la intensidad... El otro día recibí una carta de C.W.L., todo acerca de este asunto. Decía en ella que no entendía, lo que estaba pasando. Su carta nos dejó un poco inquietos acerca de si todo iba bien, así que le cablegrafiamos. Su contestación fue muy característica: “Presidenta dice todo bien”.

En todo este periodo K continuó escribiendo cartitas tiernamente afectuosas a Mrs. Besant, casi con cada correo. Estaba muy ansioso, le decía, porque Helen iba a ir a Sydney, para ser “preparada” por Leadbeater, lo cual significaba ayudarla en el Sendero del Discipulado, pero que su padre no la dejó ir y Leadbeater no quería que fuera sin su consentimiento. K estabas preocupado por ella, y temía que estuviera malgastando su vida al permanecer con su, familia.



KRISHNAMURTI
Los Años del Despertar
MARY LUTYENS
EDITORIAL ORIÓN
M É X I C 0
1 9 7 9

 

No hay comentarios.:

Etiquetas