miércoles, 10 de enero de 2007

Jiddu Krishnamurti y el Canto.

Año 1923.

Luego, a mediados de agosto, el “proceso” de K empezó otra vez, aún más severo. El 15 de agosto Lady Emily comenzó a escribir una carta diaria a Mrs. Besant, describiendo estos extraños acontecimientos de todas las tardes:

El lunes [13 de agosto], dimos un paseo bastante largo á las montañas hasta un bosque de pinos. Todos nos dispersamos y tomamos baños de sol; al poco rato oímos la voz de Krishna cantando, y Nitya y Rajagopal contestándole. No puedo expresarle lo hermoso que esto era, tan pleno de poder, resonando en ecos a través del bosque... A la hora de comer era obvio que él estaba apenas consciente y casi de inmediato quedó “fuera” de sí y el cuerpo empezó a sollozar y a gemir. Todos nos sentamos afuera calladamente, excepto el fiel Nitya, quien presumiblemente mandó a buscar a Helen pensando que ella podría ayudarlo. Eso duró hasta las 9 de la noche, cuando él volvió en sí y fue a acostarse. Pero a las 12 empezó de nuevo, y otra vez, Helen y Nitya permanecieron junto a él hasta la 1, y ello se repitió una vez más, temprano en la mañana, Él dijo que Helen estaba muy nerviosa, lo que era natural, pues al principio es terrible presenciar un sufrimiento, semejante y darse cuenta de que su conciencia no está ahí. Es muy curioso que él parezca necesitar la presencia de una mujer, y también que la vitalidad americana parezca aportar algo que él necesita. Yo le pregunté si no podría ayudarle, pues sentía que era capaz de mantenerme en calma, pero me explicó que eso no sería conveniente por ser yo casada, que en este estado tan singular es imprescindible para él que todo a su alrededor sea purísimo. Le estoy muy agradecida por haberme dicho, esto, pues lo entiendo perfectamente, y ahora puedo intentar darle toda la ayuda posible con mi amor y pureza de pensamiento, y Helen lo ayudará en otra forma…


KRISHNAMURTI
Los Años del Despertar
MARY LUTYENS
EDITORIAL ORIÓN
M É X I C 0
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