lunes, 8 de enero de 2007

Jiddu Krishnamurti y Dios.

SEGUNDA PLÁTICA EN FROGNERSETEREN

Pregunta: ¿No está usted de acuerdo en que el hombre ganará el reino de los cielos mediante una vida totalmente dedicado al servicio, como la de Jesús?

KRISHNAMURTI: Espero que no le choque cuando le diga que el hombre no ganará el reino de los cielos de esa manera.

Ahora vea lo que está diciendo: “Mediante el servicio obtendré algo que deseo”. Su declaración implica que usted no sirve de manera completa; busca obtener una recompensa por su servicio. Dice: “Mediante una conducta virtuosa conoceré a Dios”. Es decir, lo que le interesa realmente no es la conducta virtuosa sino conocer a Dios; separa así a Dios de la conducta virtuosa. Pero no es mediante el servicio, ni mediante el amor o la adoración o la plegaria, sino sólo en la acción misma, donde se encuentra la verdad, Dios, ¿Comprende? Cuando usted pregunta: “¿Ganaré el reino de los cielos mediante el servicio?”, su servicio no tiene sentido, porque usted se interesa fundamentalmente en el reino de los cielos, se interesa en obtener algo a cambio; es una especie de trueque, como lo es la mayor parte de nuestra vida.

Por lo tanto, cuando dice: “Mediante la virtud, mediante el amor, llegaré, realizaré”, lo que le interesa es la realización, la cual no es más que un escape, una forma de imitación. Por eso, su amor o su acto virtuoso no tiene sentido. Si usted es bondadoso conmigo porque puedo darle algo a cambio, ¿qué significación tiene su bondad?

Ése es todo el proceso de nuestra vida. Tenemos miedo de vivir. Sólo cuando alguien cuelga una recompensa ante nuestros ojos, nos decidimos a actuar, y entonces actuamos no por la acción misma, sino con el fin de obtener esa recompensa. En otras palabras, actuamos por lo que podemos conseguir gracias a la acción. Lo mismo ocurre con nuestras plegarias. O sea: debido a que nuestra acción carece en sí misma de significado, a que creemos que necesitamos un estímulo para actuar correctamente, hemos puesto delante de nosotros una recompensa, algo que deseamos, y confiamos en que ese aliciente, ese juguete nos dará satisfacción. Pero cuando actuamos con la esperanza de una recompensa, la acción en sí misma nada significa.

Por eso digo que están atrapados en este proceso de recompensa y ganancia, en este obstáculo nacido del temor, todo lo cual se deriva en conflicto. Cuando vean esto, cuando tengan plena conciencia de esto, entonces comprenderán que la vida, la conducta, el servicio, todo, tiene significación en sí mismo. Entonces uno ya no pasa por la vida con el propósito de obtener alguna otra cosa, porque sabe que la acción misma tiene un valor intrínseco. Entonces no es meramente un reformador, es un ser humano; conoce esa vida que es flexible y, por lo tanto, eterna.
8 de septiembre de 1933


J. KRISHNAMURTI
OBRAS COMPLETAS AÑOS 1933-1967
Tomo I (1933-1934)
EL ARTE DE ESCUCHAR
EDITORIAL KIER S.A.
Traducido del inglés por
Armando Clavier


 

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