Año 1984.
Krishnaji llegó tarde esa noche acompañado por Mary Zimbalist Tenía programado ofrecer una plática pública el 4 de noviembre, en el mismo estrado que el Dalai Lama. Noticias de esta plática habían llegado a muchos centros budistas de la India y del exterior, y se esperaba que asistiera un gran número de monjes budistas. En la noche del 30 de octubre, Krishnaji, después de una cena liviana, insistió en que leyéramos en voz alta el libro que yo estaba escribiendo sobre él. Mary Zimbalist leyó una parte del libro, la que trata de los primeros años de su nacimiento y de su infancia. Después me hice cargo yo de la lectura.
Durante todo el tiempo Krishnaji se mantuvo completamente en silencio. Sólo interrumpió una vez, cuando escuchó mi lectura del pasaje de Alcyone, en el cual yo había escrito que la palabra “Alcyone” significaba “alción o martín pescador”, el apaciguador de las tormentas. Interrumpió para corregirme. “No”, dijo, “significa ‘la estrella más brillante de las Pléyades’”. Mientras la lectura proseguía, la habitación cobró vida como si hubiera allí una presencia escuchando. A medida que yo continuaba leyendo, la sensación de presencia se hizo abrumadora, y mi voz se detuvo. Krishnaji se volvió hacia mí. “¿Lo percibe? ¿Podría yo postrarme ante Ello?” Su cuerpo se estremecía cuando habló de la presencia que escuchaba. “Sí, puedo postrarme ante esto, se encuentra aquí”. Súbitamente, se volvió y nos dejó yéndose solo a su habitación.
Biografía de J. Krishnamurti.
Pupul Jayakar. Editorial Kier.
Krishnaji llegó tarde esa noche acompañado por Mary Zimbalist Tenía programado ofrecer una plática pública el 4 de noviembre, en el mismo estrado que el Dalai Lama. Noticias de esta plática habían llegado a muchos centros budistas de la India y del exterior, y se esperaba que asistiera un gran número de monjes budistas. En la noche del 30 de octubre, Krishnaji, después de una cena liviana, insistió en que leyéramos en voz alta el libro que yo estaba escribiendo sobre él. Mary Zimbalist leyó una parte del libro, la que trata de los primeros años de su nacimiento y de su infancia. Después me hice cargo yo de la lectura.
Durante todo el tiempo Krishnaji se mantuvo completamente en silencio. Sólo interrumpió una vez, cuando escuchó mi lectura del pasaje de Alcyone, en el cual yo había escrito que la palabra “Alcyone” significaba “alción o martín pescador”, el apaciguador de las tormentas. Interrumpió para corregirme. “No”, dijo, “significa ‘la estrella más brillante de las Pléyades’”. Mientras la lectura proseguía, la habitación cobró vida como si hubiera allí una presencia escuchando. A medida que yo continuaba leyendo, la sensación de presencia se hizo abrumadora, y mi voz se detuvo. Krishnaji se volvió hacia mí. “¿Lo percibe? ¿Podría yo postrarme ante Ello?” Su cuerpo se estremecía cuando habló de la presencia que escuchaba. “Sí, puedo postrarme ante esto, se encuentra aquí”. Súbitamente, se volvió y nos dejó yéndose solo a su habitación.
Biografía de J. Krishnamurti.
Pupul Jayakar. Editorial Kier.
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